Bajo los acordes de su conga oriental, las Avispas de Santiago de Cuba, después de dos derrotas al hilo, invadieron el estadio Latinoamericano ante la mayor concurrencia de la temporada y derrotaron a los Leones de Industriales con pizarra final de 8-2, en una de las semifinales de la Serie Nacional de Béisbol.
La tropa capitalina salió a la grama a defender su invicto en este duelo, pero los dioses beisboleros estaban vestidos de rojo y negro en esta jornada y bailaban encima de la banca de primera base.
El veterano Danny Betancourt, con 42 años y la experiencia de 23 campañas nacionales, se encaramó en el box y apenas aceptó un par de carreras (una sucia) en seis episodios de trabajo, para anotarse su primera victoria de esta postemporada.
En la trinchera opuesta, el jovencito Silvano Hechavarría cumplió la misión de la dirección azul de caminar el partido, y se fue a la cueva en el sexto capítulo, dejando corredores en las esquinas y con una ventaja mínima en el marcador, pero esta vez el novato Rafael Orlando Perdomo no pudo apagar el fuego de sus rivales.
Un elevado de sacrificio de Osday Silva que igualó las acciones y un cañonazo de Carlos Monier, que remolcó la ventaja, fue suficiente para que los visitantes plantaran su bandera en la arcilla del mítico Coloso del Cerro, desbordado con más de 40 mil aficionados.
Por la brecha abierta se colaron las Avispas para asediar a los Azules y fabricar cinco rayitas en el último tercio del choque, tres de estas a la cuenta del derecho José Miguel Perera.
El rescatista Osvaldo Acuña lanzó tres entradas inmaculadas, en las cuales permitió apenas dos indiscutibles y ponchó a igual cantidad de contrarios, para anotarse el salvamento.
Por los ganadores, Monier pegó sencillo y doble en cinco turnos al bate e impulsó cuatro carreras; por los derrotados, Juan Carlos Torriente tuvo noche perfecta, al compilar de 4-4.
Para este jueves, a las 18:00 (hora local), está pactado el cuarto desafío entre ambas escuadras, y deben subir a la lomita Alberto Bisset, por los santiagueros, y Raymond Figueredo, por los locales.
