Desde que se anunció el inicio de la bancarización en Cuba, hay
cierta opinión de que no existen condiciones tecnológicas para asumir ese
proceso. R recuerda cuando se decía que el Gobierno cubano y Fidel Castro eran
enemigos de Internet.
Creo que en algunos denota desinformación; en otros,
manipulación, y brindan una mirada sin mediar una investigación seria y
profunda del desarrollo del acceso y uso de las Tecnologías de la Información y
las Comunicaciones (TIC) en el país, comenta el sitio digital Cubasí.
El proceso de bancarización tiene implícito la utilización
de medios de pagos tradicionales, como el cheque y la transferencia; también de
canales y medios electrónicos de pago; además, las relaciones comerciales que
puedan existir entre los actores económicos e instrumentos de pago digitales.
Nuevamente, acudo al escritor y periodista uruguayo Eduardo
Galeano, quien expresó que, cuando se trata de Cuba, los grandes medios de
comunicación “aplican una lupa inmensa
que magnifica todo lo que allí ocurre cada vez que conviene a los intereses
enemigos, llamando la atención sobre lo que pasa en la Revolución, mientras la
lupa se distrae y no alcanza a ver otras cosas importantes”.
Entre esas cosas importantes que no alcanza a ver esa lupa
está que Fidel, líder de la Revolución cubana, fundó en 1987 el programa de los
Joven Club de Computación y Electrónica, que conjuga, como ninguno, las
tecnologías con el conocimiento y la cultura, que en sus 36 años de trabajo han
preparado de forma gratuita a más de cinco millones de cubanos y prestado
importantes servicios a la comunidad, centros de la salud, escuelas y otras
instituciones.
Decían que Cuba era enemiga de Internet, y ya en 1992,
cuando los dueños de Internet no permitían que el país antillano se conectara a
esa red, surgió la de Infomed, como un proyecto del Centro Nacional de
Información de Ciencias Médicas, en aras de dar respuesta a la necesidad de
facilitar el intercambio de información entre los profesionales, académicos,
investigadores, estudiantes y directivos del Sistema Nacional cubano de Salud.
Desde su surgimiento, se desarrolló bajo los conceptos de un
modelo descentralizado de construcción colectiva, de lo cual dan fe el
desarrollo de los nodos en todas las provincias, la creación de dominios
territoriales, el desarrollo de sitios y páginas web a todos los niveles, la
incorporación sostenida de usuarios y la amplia producción de contenidos y
servicios en momentos en que aún no existían los blogs, las wikis y demás vías,
que hoy se resumen en la idea de Web 2.0.
Trataron de sembrar la idea de que a los jóvenes se les
excluía del acceso a las TIC, y sin embargo, en septiembre de 2002, la
Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI) abrió sus puertas al primer
curso académico, con más de dos mil estudiantes procedentes de todos los
municipios del país.
En 2001, como parte de los programas de la Batalla de Ideas,
se fundó el programa de las salas de televisión, que permitió que casi medio
millón de cubanos se beneficiaran de estas instalaciones, alimentadas con
celdas fotovoltaicas, que se insertó en un sistema amplio y coherente de
comunicación, en el cual estaban presentes la comunicación comunitaria e
interpersonal, convirtiéndose en elemento esencial de la transformación y
construcción social de la realidad en esos lugares.
Nos atrevimos a crear, en 2010, una enciclopedia
colaborativa en línea, EcuRed, cuando el país tenía un ancho de banda para la
conexión a Internet de 393 Mbps en entrada, y 209 Mbps de salida.
Esta plataforma cultural, educativa y descolonizadora es, en
la actualidad, el sitio cubano más visitado en Internet.
Cuando Fidel creó el Polo Científico del Oeste de La Habana,
a principios de los años 90 del siglo XX, me pregunto: ¿estaban todas las
condiciones para ello?, o recientemente, cuando desarrollamos las vacunas que
salvaron a miles de cubanos y personas de otros países de morir por la pandemia
de la COVID-19: ¿teníamos todo para lograrlo?
Hace unos días conversaba con Ricardo Serrano, director de
la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S. A. (Etecsa) en Santiago de Cuba, y
me decía que en la red de telecomunicaciones de esa ciudad todavía están en
servicio 13 kilómetros de cable de plomo con más de 80 años de explotación, que
no se han sustituido, porque no se ha contado con el financiamiento necesario;
sin embargo, Santiago de Cuba avanza en los procesos de informatización y
transformación digital.
En la “lupa inmensa” citada no se ven el talento, la
inteligencia y la entrega de especialistas y trabajadores que han desarrollado
tecnologías propias con una adecuada ciberseguridad, y que, con pocos recursos,
mantienen y amplían la infraestructura de telecomunicaciones del país.
Todo ello y mucho más se hizo sin tener las condiciones de
infraestructura y tecnológicas idóneas; pero sí las esenciales para iniciar
esos procesos; lo mismo ocurre hoy con el proceso de bancarización.
Recuerdo a un directivo del primer nivel del Ministerio de
Comunicaciones, que en los primeros años de este siglo me decía que había más
voluntad política que condiciones tecnológicas para avanzar.
La vida demostró que se crearon esas condiciones, en
ocasiones, en paralelo con los proyectos y programas que se ejecutaban.
Hay indicadores y cifras reconocidos por organizaciones
internacionales, hechos y realizaciones que dan fe de los avances de Cuba en el
sector de las telecomunicaciones y de las TIC en los últimos años.
El reconocimiento ya no es solo en las habilidades, sino
también en el uso y acceso a las tecnologías, sin desconocer que hay mucho que
lograr en términos de tarifas más bajas, calidad en los servicios y ampliación
del acceso.
El 83 por ciento de los lugares donde viven los cubanos
tiene cobertura de telefonía móvil; el 50 por ciento disfruta cobertura 4G, y
el 75 la 3G. Para ello, hay desplegadas en el país más de cinco mil radiobases.
También ha crecido la conectividad institucional, como parte
de la informatización de procesos y la transformación digital.
En el período 2021-2022, aumentó el tráfico mensual a Internet
en 3,2 veces, y 1,9 veces la conectividad internacional.
De enero a noviembre de 2022, el tráfico de Internet en Cuba
fue, como promedio, de 113,045 Gigabits por segundo (GBPS) en recepción, y
16,914 GBPS en transmisión.
El tráfico en las redes sociales digitales en 2022, en una
medición realizada en un periodo de 48 horas, alcanzó la cifra de 377 Terabyte
(TB) y 4,2 millones de suscriptores. En 2021, en un momento similar, el
comportamiento fue de 4 TB con 3,6 millones de suscriptores.
En videos y fotos en ese mismo periodo registró 217 TB con
3,9 millones de usuarios contra 14 TB y 3,6 millones de consumidores en igual
etapa del año 2021.
En mensajería instantánea, también hubo un incremento de 135
TB en relación con el año anterior.
De la misma manera, se aprecia un incremento sustancial en
la cantidad de personas que acceden a juegos, películas y otros materiales
audiovisuales, a través de Netflix.
Al cierre del año anterior, Facebook tenía 4,1 millones de
suscriptores (+600 000); YouTube 3,9 millones (+600 000); WhatsApp 3,9 millones
(+300 000), Telegram 3,7 millones (+300 000) y Twitter 3,7 millones (+1,4
millones).
Cuba desarrolló dos pasarelas nacionales de pago
electrónico: Transfermóvil y EnZona, resultado logrado por muy pocos países.
Estas se integran con cualquier plataforma electrónica que ofrezca productos y
servicios de organismos y entidades y con los bancos, que en el último año han
realizado inversiones para ampliar sus capacidades tecnológicas y garantizar
una alta disponibilidad de su equipamiento y tecnologías.
Estas plataformas utilizan infraestructura tecnológica de
avanzada, lenguajes de desarrollo modernos y se actualizan sistemáticamente
todos sus software y hardware para que tengan más potencialidad y
disponibilidad.
También se han aplicado las medidas de ciberseguridad
necesarias, y en este tiempo no se reportan incidentes que afecten su
funcionamiento.
En el caso de Transfermóvil, tiene 4,3 millones de clientes
activos; en el primer semestre de este año se realizaron 444 millones de
operaciones y se estima que al cierre del año se alcancen mil millones de
operaciones; la experiencia de usuario es de 4,78. Por esta pasarela ha crecido
sostenidamente el pago de servicios en los últimos años.
En la actualidad, se paga el 87,8 por ciento de la
telefonía, el 40,05 de la electricidad, el 60 de los impuestos, el 25,6 del gas
y el 8,35 del agua.
Ahora, no les queda más remedio (a los mal intencionados) que
reconocer que sí hay acceso a Internet en Cuba; pero los ataques van dirigidos
a otros objetivos.
Las realizaciones alcanzadas en el país en los últimos años
en el acceso a Internet han echado por tierra el estereotipo que han pretendido
fabricar.
Ahora no pueden aducir que no hay acceso a la red, y buscan
otros pretextos para criticar, como que no hay condiciones para asegurar
determinados procesos. Desconocen, o al menos callan, los daños a este sector
del bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos a Cuba, que en
los últimos 10 años totalizan más de 500 millones de dólares.
A pesar de los malos vaticinios de unos y las campañas malintencionadas de otros, continuarán mejorando las condiciones tecnológicas que garanticen el proceso de bancarización en Cuba. (Redacción digital)