Desde este viernes, La Habana es la capital del Grupo de los 77 y China, al acoger durante dos días la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del conglomerado de concertación multilateral más diverso del orbe.
La presidencia protémpore
de Cuba ha estado marcada, desde inicios de año, por la necesidad de aunar
esfuerzos, en línea coherente con los integrantes y potencialidades de este
grupo para enfrentar los desafíos globales contemporáneos vinculados con la
resiliencia de los pueblos en una etapa pos-COVID-19, que ha agudizado la
crisis económica en la que llevan las de perder las naciones más pobres.
Representaciones de más de un centenar de países, que se
dan cita en La Habana, tienen un nuevo espacio para, en las nuevas
condiciones que vive el mundo hoy, encarar esfuerzos de cooperación y
concertación para aliviar la carga, dirigidos a la protección de las
poblaciones, propiciar mayor intercambio en la producción alimentaria, el mejor
uso de las capacidades tecnológicas y el aporte y formación en el campo de los
recursos humanos, como frentes de batalla comunes y avanzar.
Como botón de muestra,
quedó demostrado que, durante el enfrentamiento a la COVID-19, fueron pocas las
naciones desarrolladas capaces de prestar ayuda tecnológica, en recursos y en
el orden financiero a los países subdesarrollados, so pena de que en casi todas
las regiones los colapsos de los sistemas sanitarios pusieron en evidencia la
brecha cada vez mayor entre el llamado Norte desarrollado y el Sur subdesarrollado.
El tema que ocupará los debates de la Cumbre abre una
oportunidad de cerrar brechas y buscar caminos en la cooperación en el orden de
la tecnología y la innovación, una alternativa para avanzar desde la
coordinación de programas y esfuerzos en un planeta donde el soporte
tecnológico está totalmente dominado por los desarrollados, y las asimetrías
que ello provoca son cada vez mayores.
El ejemplo de la
producción de vacunas contra la COVID-19 y quienes se han beneficiado de ellas constituyen
el máximo referente negativo sobre cómo opera la maquinaria mundial
contemporánea.
Hoy, en La Habana, se reafirma lo dicho por Fidel Castro de que un mundo mejor es posible, si existe voluntad política para cooperar y ayudarnos entre todos, en medio de un difícil panorama, donde el multilateralismo necesita acortarle distancias al unilateralismo. (Redacción digital. Con información de Radio Rebelde)