Con ofrendas florales del General de Ejército Raúl Castro,
líder de la Revolución cubana, y del presidente Miguel Díaz-Canel, La Habana
celebró este lunes el aniversario 155 del inicio de las luchas por la
independencia.
En la Plaza de Armas, del centro histórico capitalino, al
pie de la estatua de Carlos Manuel de Céspedes , Padre de la Patria y principal
figura del alzamiento del 10 de octubre de 1868, se escucharon las notas del Himno
de Bayamo y de La Bayamesa , tema compuesto por el
propio patriota junto a José Fornaris y Francisco Castillo.
Rafael Acosta de Arriba, historiador y escritor, expresó en la
ceremonia que, desde los días previos a los sucesos del ingenio La Demajagua,
se preparaba una insurrección armada para iniciar así el camino hacia la liberación
de Cuba, entonces bajo dominio español.
Se llegó con el alzamiento a un punto de inflexión respecto a las conspiraciones que desde años anteriores se desarrollaban para encauzar la lucha, precisó el historiador, citado por la Agencia Cubana de Noticias .
Acosta de Arriba se refirió también a la adopción del Manifiesto del Diez de Octubre , una declaración de independencia que recogía postulados universales y avanzados para la época.
Sobre la figura de Céspedes, significó:
Céspedes concibió un escudo y una bandera para identificar aquella gesta, pues fue un hombre que concentró en sí mismo los símbolos culturales y que marcó un despertar en la conciencia patriótica de los cubanos.
Hombres blancos, mulatos y negros, comerciantes, libertos y esclavos formaron parte, junto al patricio bayamés, de una jornada crucial para el futuro de Cuba, apuntó.
Para Acosta de Arriba, Céspedes y sus acompañantes rompieron con las contradicciones de la sociedad criolla y cubana del siglo XIX que existían entre los amos y su servidumbre, la esclavitud y el desarrollo económico y el colonialismo frente a la identidad nacional.
El investigador agregó:
Ellos se lanzaron hacia la lucha en armas para acabar con la saga maltrecha de conspiraciones que fracasaron previamente porque las autoridades españolas las reprimieron.
Céspedes encabezó a un grupo de cubanos que encarnaron las ideas más revolucionarias de su tiempo que luego, a pesar del revés de 1878, impulsaron sus continuadores.
La Guerra de los Diez Años tuvo, explicó, influencias de la Revolución Francesa y la gesta libertadora de Simón Bolívar en América del Sur, pero la masonería y el liberalismo radical la convirtieron en un proyecto político que movilizó a miles de hombres en una década de resistencia.
Para los hombres de 1868 -subrayó-, la creación de la República en Armas, de la cual Céspedes fue su primer presidente, resultó el nacimiento de una obra genuinamente cubana que emergió de la desesperación ante las inequidades del sistema colonial.
Dijo que Céspedes fue un pensador que comprendió a cabalidad la importancia de la unidad continental y nunca cayó en las tentaciones anexionistas ni autonomistas que proponían otros destinos para el país.
El Padre de la Patria pensó siempre en Cuba, desde la manigua y a riesgo de perder su propia vida, aseveró.
Acosta de Arriba aseguró:
La gesta libertadora de 1868 fue nuestro primer empeño serio de acceder a la modernidad de la cual nos privaba el coloniaje porque emancipó a las ideas y otorgó un pensamiento independentista como instrumento de agitación y combate político.
Cada 10 de octubre, se realiza el homenaje del pueblo capitalino al Padre de la Patria, ante su efigie en la Plaza de Armas.
La conmemoración se efectúa desde hace 55 años, a partir del centenario del inicio de las luchas por la independencia y por idea de Eusebio Leal Spengler , “eterno historiador” de La Habana. (Redacción digital )
Más detalles sobre este acontecer, en el siguiente video de la TV Cubana.