José Martí ante el 10 de Octubre

José Martí ante el 10 de Octubre

El día en que la campana del ingenio La Demajagua llamó al combate contra el colonialismo español, cambió totalmente la vida de José Martí, entonces un jovencito de 15 años.

La patria libre sería desde entonces su objetivo central, su dedicación plena, su amor mayor.

En las tertulias de José María de Mendive, su maestro y mentor, se seguían los sucesos bélicos; sus compañeros de estudios solían reunirse para compartir sobre las acciones libertadoras, y Martí publicó sus primeros textos patrióticos.

Carlos Manuel de Céspedes, abogado y propietario de tierras y esclavos, fue el iniciador de la contienda por la independencia cubana, agotada 10 años después sin alcanzar sus objetivos.

Martí, hijo de españoles, se alineó desde entonces y para siempre, en el campo patriótico.

Así lo haría patente en sus escritos y su propia vida, culminada con el liderazgo de la nueva guerra y su muerte en combate.

 

UN JOVEN DEFENSOR DE LA GUERRA DEL 68

A los tres meses del estallido bélico en Bayamo, José Martí hizo expresión pública de su alineamiento con los mambises.

En el único número que pudo circular del periódico El Diablo Cojuelo, atacó el sistema colonial, denunció a los que se llamaban sensatos patricios y con puro oportunismo ponían un ojo en Yara y otro en Madrid.

Días después, en otro periódico de edición única, nombrado La Patria Libre, aparecía su drama Abdala, donde el protagonista, situado en Nubia, moría defendiendo a su patria.

Sus lectores comprendieron que aquello aludía a Cuba y a la pelea que se extendía por la zona oriental del país.

Y en El Siboney, periódico manuscrito estudiantil, un poema suyo se tituló ¡DIEZ de Octubre! El poeta afirma sin ambages en la estrofa de cierre:

Gracias a Dios que ¡al fin con entereza// Rompe Cuba el dogal que la oprimía// Y altiva y libre yergue su cabeza!

 

DEFENSOR DE CUBA LIBRE

La predominante prensa colonialista española tildaba de filibusteros a los cubanos patriotas residentes en Madrid, entre ellos al deportado José Martí.

El Maestro peleó con su pluma por Cuba libre, con dos cuadernos de pequeño formato: El presidio político en Cuba, que denuncia los horrores sufridos en carne propia durante su condena a prisión con trabajos forzados en las canteras de La Habana, y La República española ante la Revolución Cubana, donde planteó a los republicanos españoles triunfantes en 1874 que aceptaran el derecho de una república cubana.

También polemizó más de una vez con la prensa colonialista española, pelea que luego tuvo que practicar a menudo en México con los periódicos de españoles que defendían la dominación hispana en su patria.

Y en Guatemala, se dedicó a acopiar información para una historia de la insurrección cubana.

 

COMBATIENTE CON LA PLUMA, LAS IDEAS Y LAS ARMAS

La vida de José Martí estuvo dedicada a la independencia de Cuba, con toda la fuerza y el talento de su palabra oral y escrita.

Mas, siempre ello fue acompañado de su disposición a empuñar las armas.

Tal deseo lo intentó en México, al formar parte de una expedición a la guerra que nunca logró salir hacia Cuba.

Conspiró para reanudar la lucha a su vuelta al país antillano en 1878 y no tomó las armas porque fue detenido y deportado antes de los alzamientos.

Al escapar de la metrópoli, fue a Nueva York y se puso a las órdenes del general Calixto García, el jefe de la llamada Guerra Chiquita (1879-1880).

Para la nueva guerra, reunió a los emigrados, conmemorando los 10 de octubre con actos y discursos suyos.

Fue líder y organizador de la nueva lucha armada y cumplió su deber de incorporarse a ella. Fue el continuador de Carlos Manuel de Céspedes. (Pedro Pablo Rodríguez. Tomado de Radio Reloj)

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