El Jardín Japonés de La Habana es un emblemático exponente de uno de los estilos históricos más renombrados de la jardinería mundial, que se encuentra ubicado en el Jardín Botánico Nacional de Cuba.
En julio de 1987, el embajador de Japón en Cuba
propuso la construcción de un Jardín Japonés en el Botánico Nacional y
posteriormente la Asociación Conmemorativa de la Exposición Mundial de Japón
aprueba un presupuesto de 20 millones de yens para el proyecto.
En abril de 1988, visita por primera vez Cuba el arquitecto
paisajista Yoshikuni Araki y, en breve tiempo, realiza los estudios de terreno
y localiza las piedras ornamentales requeridas para su construcción, con la
ayuda de especialistas cubanos.
Gran parte de la actividad del grupo de
arquitectos japoneses se dedicó a la recolección de las grandes piedras que
conformaron la cascada, y con las cuales se compusieron las penínsulas y playas
alrededor del lago, que albergaría la parte esencial del proyecto.
En la construcción del Ukimi-dou, los pabellones miradores
y la pérgola se utilizó madera dura africana y cubana, de la cual se requirió
en total 56 metros cúbicos. Un camino peatonal de mil 700 metros de largo con
terminación en gravilla, serpentea alrededor del lago del Jardín Japonés
permitiendo al visitante contemplar desde distintos ángulos la belleza del
entorno. (Cubadebate)