Con una cálida bienvenida a cineastas de 19 países asistentes a la edición 44 del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, comenzó el evento en la sala Charles Chaplin, de La Habana.
Tania Delgado, presidenta de la más importante
cita del séptimo arte en Cuba, destacó la riqueza y diversidad de la identidad
y cultura de esta región del mundo y significó que el encuentro es la realización
de un gran sueño latinoamericano.
Aprovechó el momento para denunciar el genocidio
israelí contra el pueblo palestino y llamó a la resurrección y la sanación como
pilares que deben sostener la filmografía nacional y continental.
Alexis Triana, presidente del Instituto Cubano de
Arte e Industria Cinematográficos (Icaic), advirtió que, pese a las grandes
dificultades económicas que enfrenta el país, se inaugura este festival,
demostrando el valor de la cultural para la nación en momentos de fuertes
corrientes colonizadoras.
Recordó la historia de la fundación del Icaic, la
gesta de su creación, a la vez que nacía la Revolución cubana, señala un
despacho de Prensa Latina.
Cómo sostenemos esa utopía, dijo, y llamó a tomar
las calles como la primera vez, apostando porque un mundo mejor es posible.
Llamó también a desatar los nudos, a dialogar con
quienes quieran lo mejor para Cuba y su cine, a buscar soluciones a los
problemas actuales.
La gala de apertura fue un regalo de lujo para
los asistentes. Comenzó con una espectacular y renovada versión del tema
musical Desde la aldea, de
José María Vitier, que desde sus inicios constituye la principal banda sonora
del festival habanero.
Para esta ocasión, el Maestro, al piano, fue
acompañado por las flautas de Niurka González y Rodrigo Sosa, el tres de Pancho
Amat, la guitarra de Abel Acosta y en la percusión Alejandro Aguilar.
Otro virtuoso cubano, el pianista Marcos
Madrigal, hizo un recorrido por clásicos del pentagrama de la isla caribeña y
universal que también forman parte de la historia del cine.
A él también se unió González, conformando un dúo
de flauta y piano magistral al que se unió la soprano Bárbara Llanes; la
belleza de la música honrando a lo mejor del séptimo arte.
Para finalizar, Vitier y Madrigal fundieron sus
pianos para recordar desde su música y en la pantalla del Chaplin que la
película Fresa y Chocolate está cumpliendo 30 años.
Plato fuerte de la noche fue además la proyección
del filme chileno Los colonos, de Felipe Gálvez, una de las candidatas al
premio de Ópera Prima y la propuesta de su país para los Óscar.
En la ceremonia fue entregado un Coral Especial
para el programa Ibermedia, por su extraordinario apoyo desde hace 25 años al
desarrollo del cine cubano y latinoamericano a través de numerosos proyectos
cinematográficos.
También fue otorgado el Coral de Honor a la
actriz cubana Eslinda Núñez, Premio Nacional de Cine 2011, con una larga
carrera cinematográfica, en la televisión y el teatro de la nación antillana.
Se encontraban presentes altos funcionarios del
Estado y el Gobierno, entre ellos la viceprimera ministra Inés María Chapman,
el miembro del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista de Cuba
Rogelio Polanco; el ministro de Cultura Alpidio Alonso, además de
representantes del Cuerpo Diplomático acreditado en la isla, intelectuales y
artistas. (Redacción digital)