El arte se respira en las calles de La Habana, especialmente en el Paseo del Prado, una de las avenidas más populares de la ciudad. Allí, algunos exhiben sus artesanías, otros sus dibujos, mientras adolescentes y jóvenes patinan alrededor.
Tuve la suerte de encontrarme con otros que, además, comparten su talento con los más pequeños, quienes se animan a dibujar con las pinturas que les ofrecen. En una suerte de “aprovechamiento” de los colores: comparten y aprenden.
En torno a Jesús Miguel Otero y Santiago Jacinto, dos jóvenes artistas, se agolpan los niños: curiosos y ávidos por “perderse” en los trazos. Acercarme a ellos es un privilegio, contagian felicidad y entusiasmo.
El arte callejero se convierte en un inusual taller de dibujo para niños. Foto: Enrique González (Enro)/ Cubadebate.
Los niños de la zona aprovechan el espacio para compartir con otros y dibujar. Foto: Enrique González (Enro)/ Cubadebate.
Jesús Miguel Otero es un joven artista plástico. Foto: Enrique González (Enro)/ Cubadebate.
Las cámaras fotográficas roban la atención de los niños. Foto: Enrique González (Enro)/ Cubadebate.
El dibujo, otro espacio para el esparcimiento. Foto: Enrique González (Enro)/ Cubadebate.
Diversión. Foto: Enrique González (Enro)/ Cubadebate.
Niños dibujan en el Paseo del Prado. Foto: Enrique González (Enro)/ Cubadebate.