A cargo de este tributo a una institución que es núcleo proliferante de la nación cubana se encontraban la rectora de la Universidad de La Habana, Dra. Miriam Nicado García; el Dr. Walter Baluja García, ministro de Educación Superior; Roilán Rodríguez Barbán, miembro del Buró Provincial del Partido Comunista en La Habana, entre otras personalidades.
Igualmente, la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana estuvo representada por su directora general adjunta, Perla Rosales Aguirreurreta.
Y no podía faltar el Dr. Sergio Raymant Arencibia Iglesias, decano del Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana.
En la ceremonia, se encontraban los monjes dominicos pertenecientes a la orden fundadora de la universidad, así como también figuras de la cultura y las ciencias y una representación de profesores y estudiantes universitarios.
Al tomar la palabra, el decano Sergio R. Arencibia afirmó que es un privilegio encontrarse en un espacio donde el pasado estuviera erigida la primera sede de la Universidad de La Habana. Citó a Eusebio Leal, para afirmar el propósito de la Oficina del Historiador, que es reconstruir el pasado a través del futuro.
Aclaró que el pasado no se encuentra solo en los muros de este recinto educativo, sino también en la labor que se realiza en esta institución.
No solo se celebra la historia en el estudio, sino también en la costumbre, y el decano citó a la ceremonia de entrada de los profesores y alumnos al Aula Magna, costumbre que se viene practicando desde la fundación de la universidad en 1728.
Sergio R. Arencibia concluyó con la garantía de que la generación presente de universitarios continúa siendo digna heredera de quienes le han precedido, y será un buen ejemplo para sus sucesores.
El acto estuvo amenizado por villancicos de música tradicional cubana, los cuales fueron cantados por la agrupación Vox Cordis.
Como parte de la tradicional intervención de un miembro destacado del claustro de profesores, el Premio Nacional en Ciencias Sociales de 2017 y doctor en Historia, Sergio Guerra Vilaboy, habló sobre la magna institución desde una perspectiva histórica.
Fundada en 1728 bajo el nombre de Real y Pontificia Universidad de San Gerónimo de La Habana, el centro docente se creó en el espacio que ocupaba el Convento de san Juan de Letrán bajo los auspicios de los religiosos dominicos. Este carácter religioso se fue diluyendo con el paso de los años hasta la completa secularización de la Casa de Altos Estudios en 1842.
Pero hablar de una universidad es también hablar de sus estudiantes, y no podía faltar entre ellos la mención a egresados como Carlos Manuel de Céspedes e Ignacio Agramonte, quienes lideraron las primeras luchas independentistas. Tampoco faltó la mención al atroz crimen que constituyó el fusilamiento de los 8 estudiantes de Medicina, el 27 de noviembre de 1871.
En este recorrido histórico, se habló de la mudanza de la Universidad de La Habana a su sede en la colina desde el año 1902. También mencionó a sus estudiantes Julio Antonio Mella, José Antonio Echevarría y, en especial, a Fidel Castro Ruz, quienes lideraron la lucha contra las tiranías de Gerardo Machado y de Fulgencio Batista.
El historiador Sergio Guerra habló sobre las reformas a las universidades y al sistema educativo superior, que se realizaron en los años 1962 y 1976. En ese sentido consideró que la carrera de Historia es una hija de la Revolución, pues no existía anteriormente. Muy relevante fueron durante su época de estudiante los debates en torno a la democratización del acceso a la Enseñanza Superior, así como la influencia de las Ciencias Sociales y la promoción de las carreras técnicas.
La intervención del Dr. Guerra Vilaboy estuvo dedicada a tres destacadas figuras de la historia universitaria: Juan Pérez de la Riva, quien fue su profesor de Demografía y siempre quiso contar la historia de aquellos sin historia; alguatemalteco Manuel Galich, quien por 20 años impartió la asignatura Historia de América, y al recientemente fallecido Dr. Ángel Pérez Herrero, figura inspiradora para generaciones de estudiantes y quien se volvió conocido por todo el pueblo gracias a su participación en el programa Escriba y Lea.
Nicado García, el pronunciar las palabras centrales, aseveró que durante sus casi tres siglos de existencia, la Universidad de La Habana se ha caracterizado por su alma, saber y entrega, además de por ser socialmente responsable y comprometida con su historia.
La rectora se mostró entusiasmada por los nuevos programas de estudio, sus cursos de postgrado y otras actividades de producción intelectual que se generan en esta institución.
La máxima autoridad de esta casa de altos estudios, quien rindió tributo al eterno historiador de La Habana, frente al espacio donde descansa eternamente– expuso que 2024 es un año en el que Cuba necesita de sus universidades más que nunca, y en el cual deben cumplir el adagio martiano de parecerse a su tiempo.
Concluyó su intervención, haciendo un llamado a la solidaridad, la unidad, la colaboración y el compromiso con el desarrollo de la nación. (Redacción digital. Con información de Habana Radio)