En este gran día de enero, recuerdo a un hombre que luchó incansablemente por la victoria, que predicó que una revolución socialista es necesaria y viable.
Presencia permanente es ErnestoGuevara de la Serna, Che para los cubanos y para todos los que luchan día a día
por un mundo mejor.
Este gran día de enero,
evoco el legado del Guerrillero Heroico, consecuente con los principios. El de
ponerle cuerpo y alma a la creencia en un mundo más equitativo.
Es la renuncia al destino
personal y familiar para hacerse cargo de su destino colectivo. Es la
convicción hecha fibra y sentimiento, y no mera elucubración mental.
La clara inteligencia, la férrea voluntad, la valentía sin límites, el
desinterés personal, la fidelidad absoluta a sus ideas, fueron atributos que
adornaron la personalidad multifacética de Ernesto “Che” Guevara y lo hicieron
descollar en su corta, pero intensa y fructífera, vida.
El ministro, el
guerrillero, el Comandante amigo se convirtió en el ícono de la izquierda en
América Latina y el mundo, rechazó las injusticias y se rebeló ante un sistema
que generaba, y aún genera, profundas desigualdades sociales.
Era un marxista
autodidacta que luchó por el socialismo para reemplazar al capitalismo.
Estaba convencido, y así
lo dejó escrito, que: “El deber de todo revolucionario es hacer la
revolución”.
En este gran día de
enero, Che está presente y lo imagino, siempre con su adarga al brazo y el
fusil en ráfagas de voluntad, inteligencia, heroísmo, nos acompaña en la
dirección de nuestras vidas, en cada árbol que se siembra, en cada hospital,
escuela, vivienda que se construye, en cada deportista, artista, en toda la
obra humana de la Revolución.
Hombre de voluntad espartana, convirtió la austeridad en norma de su vida; del estudio y la superación hizo un culto. La defensa intransigente e inclaudicable de la Revolución y el pueblo, la lealtad a Fidel, fueron para el Che el primero de sus principios.
Evoco en este gran día de enero al hombre honesto, fiel y leal que fue
el Che y veo cómo su rostro es un modo de identificación y reconocimiento
popular, su significación ya no solo abarca a la lucha cubana, sino que
simboliza todo lo que engloba el concepto “Revolución”. El Che en Siria,
Turquía y Palestina.
Por estas y muchas más
razones es que mantenemos vivo su legado para quienes no alcanzaron a verlo
combatir con desprecio total al peligro, de Alegría de Pío a Santa Clara, y
desde el Congo a Bolivia, y su andar sin descanso por toda Cuba, como
constructor de futuro.
El pueblo humilde y trabajador lo situó entre sus elegidos, lo mantiene vivo en mil formas diferentes porque lo lleva dentro, como el amor palpitante y cotidiano, como la vida: Che es vigencia e inspiración. (Teresa Delgado Moreno)