La Habana volvió a llenarse de banderas, de pañoletas agitadas al viento en saludo a una caravana verde olivo, formada por una mezcla de jóvenes dispuestos a sostener las conquistas de la Revolución, y de veteranos combatientes de la Sierra y la clandestinidad.
A 65 años de la entrada triunfal de la Caravana de la Victoria a la capital de Cuba, este 8 de enero el pueblo de La Habana se dio cita a lo largo del recorrido que en 1959 hicieran los "barbudos", como cariñosamente les decían a los rebeldes, para festejar un nuevo año de victorias.
Tocó nuevamente a la Unidad Empresarial de Base Julio Antonio Mella, conocida popularmente como la Gomera, en el Consejo Popular de Cuatro Caminos, en el municipio de Cotorro, ser el punto de intercambio entre los caravanistas procedentes de la provincia de Mayabeque, y los que, desde el Cotorro, continuarán viaje hasta la Ciudad Escolar Libertad, reeditando así la entrada del Ejército Rebelde a La Habana.
La Héroe de la República de Cuba y Generala de Brigada, Delsa Esther Puebla Viltre (Tete Puebla, para el pueblo), acudió a esta nueva cita con la historia, en la cual La Habana recibió la bandera del 35 aniversario del Movimiento Martiano, demostración de la continuidad histórica de la Revolución.
El recorrido de la Caravana hasta la Cervecería Guido Pér.ez, en el municipio de Cotorro, lugar donde hace 65 años Fidel realizara una breve parada, estuvo lleno de pañoletas agitadas al viento, de gritos de victoria, y de sonrisas de niños y adolescentes.
Allí estaban presentes Rodolfo Cándano Quintana, miembro del Buró Provincial del Partido Comunista de Cuba en La Habana; Zulia Muñoz González, primera secretaria del Partido en el Cotorro; Yaima Valle Barrios, presidenta de la Asamblea Municipal del Poder Popular; y el general de brigada José Alberto Ibáñez, presidente de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana en La Habana, así como otros dirigentes del territorio, trabajadores de la cervecería y pobladores de la localidad.
En medio de un acto, que se caracterizó por el calor del pueblo ahí reunido, y varios actos culturales, el combatiente Artemio Sosa Rosabal, al dirigirse a los presentes dejó en claro que los combatientes de la Revolución cubana mantienen el pie en el estribo, dispuestos a defender a la Revolución al precio que sea necesario.
Las palabras centrales del acto estuvieron a cargo de Raúl Alejandro Palmero Fernández, primer secretario de la UJC en la capital, quien tras recordar lo vivido por el pueblo el 8 de enero de 1959, expresó que en el Cotorro, y en La Habana, hay gente dispuesta a defender a cualquier precio la Revolución cubana.
La Virgen del Camino, uno de esos lugares donde la Caravana siempre se detiene, estaba llena de pueblo, de sanmiguelinos y sanmiguelinas dispuestos a festejar la histórica entrada de los "barbudos" a La Habana.
En ese lugar Alain Robert García García, primer secretario del Partido en el municipio de San Miguel del Padrón, recordó que la Caravana de la Libertad trajo la concreción de la idea de Martí de con todos y para el bien de todos. De igual forma, expresó que esta Revolución es del pueblo y para el pueblo y se hace más grande desde la unidad.
Tras concluir el breve acto, los caravanistas continuaron su marcha hasta el antiguo edificio de la Marina de Guerra, sitio donde Fidel se reencontró, en 1959, con el Yate Granma, y en esta oportunidad como en aquella, un mar de pueblo estaba presente.
Allí, Tamara Placeres Pérez, al dirigirse a los presentes enfatizó que "seguiremos firmes a las órdenes de Raúl y de Díaz-Canel, y bajo las orientaciones de nuestro invicto e inmortal Partido Comunista de Cuba, marchando unidos en pos de metas más altas, sabiendo que un mundo mejor es posible, y repitiéndole a los aventureros yanquis, que aquí solo recogerán el polvo de nuestro suelo anegado en sangre, sino perecen en la lucha".
Minutos después, la caravana llegó al Museo de la Revolución, donde pusieron una ofrenda floral frente a la llama eterna que se encuentra en ese sitio.
(Tomado de Tribuna de La Habana)