Fuentes en Miami revelan planes de políticos anticubanos para afectar a empresarios de Cuba dentro y fuera del país.
Buscan extinguir toda
forma de abastecimiento de bienes al pueblo antillano, tanto a través del
sector gubernamental como del privado.
Actualmente, elaboran un
registro de empresarios y dueños de micro, pequeñas y medianas empresas
(mipymes), con el objetivo de restringir su actividad comercial fuera de Cuba.
La medida forma parte del
amplio entramado de limitaciones dentro de la política de máxima asfixia
económica al pueblo caribeño, dictada por el Gobierno estadounidense.
En el centro de la
tentativa, se hallan el senador Marco Rubio y la congresista María Elvira
Salazar, exponentes del ala más reaccionaria contra Cuba en el aparato estatal
estadounidense.
A la macabra intención se
une el contrarrevolucionario Tomás Regalado, ya conocido por este tipo de
acciones nocivas.
Pretenden vincular las
entidades relacionadas con funcionarios gubernamentales y militares cubanos, a
fin de justificar la nueva acción prohibitiva.
Prevén su emisión con la
potencial reelección de Donald Trump en 2025, a la cual apuestan con todos sus
medios.
Esta nueva relación evoca
a la cuestionable Lista de Entidades Cubanas Restringidas del Departamento de
Estado norteamericano, causante de numerosos prejuicios a la economía cubana, y
muestra la estrategia de máxima presión de este sector contra el país caribeño.
Converge con el
recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero y la inclusión de
Cuba en la unilateral y espuria lista de naciones patrocinadoras del
terrorismo.
En la mira de los
terroristas miamenses, sigue estando privar al pueblo cubano de todo medio de
subsistencia, incluso a costa de lacerar las libertades del “sector privado”,
por el que tanto han apostado como factor de cambio de sistema sociopolítico del
pequeño país.
Desde los voceros de
siempre, comienzan a emitirse los primeros ecos sobre la “necesidad de los
políticos” de evaluar la relación con las mipymes, con “cabeza fría”, en el
contexto de la disputa electoral.
Comienzan a hablar de
supuestas relaciones de empresarios estadounidenses con el Estado
revolucionario. Cuando el río suena, piedras trae.
A la contrarrevolución,
sea desde posiciones oficiales en Estados Unidos o desde el bajo mundo de
Miami, poco le importa el bienestar del pueblo cubano.
Por el contrario, buscan
cada resquicio para hacer más difíciles las condiciones de vida en Cuba, en un
contexto de crisis económica internacional.
Hoy, los vendepatrias
atentan contra la tierra que los vio nacer desde el abrigo y la complicidad de
sus patrones de Washington, pero recordemos aquella lapidaria máxima de Fidel
Castro, pronunciada el 2 de enero de 1962: “Día llegará en que los traidores no
tengan donde refugiarse, día llegará en que los traidores tengan que rendir
cuentas a los pueblos”.
Un día la verdad se impondrá, y no tendrán dónde esconderse. (Redacción digital. con información de Razones de Cuba)
RSL