Sindicalistas, compañeros de lucha y representantes del pueblo cubano recordaron este lunes, en La Habana, al líder sindical Lázaro Peña González (1911-1974), en el aniversario 50 de su desaparición física.
Una peregrinación se desarrolló hasta el sitio donde reposan los restos
del denominado Capitán de la clase obrera
cubana, en la necrópolis Cristóbal Colón, en El Vedado capitalino.
Acompañaron ese tributo Joel Queipo Ruiz, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y jefe del Departamento Económico y Productivo, e Isdalis Rodríguez Rodríguez, segunda secretaria de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), junto a otros integrantes de la máxima dirección del movimiento sindical en el país.
Actividades de homenaje al querido dirigente obrero se realizaron en esta fecha en todas las provincias cubanas ante monumentos, retablos y bustos erigidos a su memoria, además de en escuelas, centros laborales e instituciones nombrados en su honor.
UNA VIDA CONSAGRADA A LA CLASE
OBRERA CUBANA
Desde muy temprana edad, Lázaro Peña González se vio obligado a
trabajar en una tabaquería.
Allí, se integró a las protestas obreras contra los bajos salarios y el
maltrato, lo que lo llevó, a finales de 1929, a incorporarse a las filas del
Partido Comunista, a través del cual participó activamente en la organización
de los trabajadores para luchar contra la dictadura de Gerardo Machado.
Sus compañeros de trabajo y de luchas lo eligieron desde muy joven para
diversos cargos sindicales, por sus cualidades morales y humanas, así como también
por su inteligencia e innato talento y capacidad de liderazgo.
Con firmeza y verticalidad de principios, se enfrentó al imperialismo y
a los Gobiernos de turno que, a partir de 1947, forzaron la división del
movimiento obrero cubano e impusieron a Eusebio Mujal y su camarilla en la
dirección de la CTC.
Luego, la dictadura de Batista no permitió la entrada de Peña González al
país, cuando regresaba del III Congreso de la Federación Sindical Mundial
(FSM), celebrado en Viena, Austria, en octubre de 1953.
El Capitán de la clase obrera
cubana fue fundador de la Central de Trabajadores de Cuba, de la
Confederación de Trabajadores de América Latina y de la FMS; y trabajó incansablemente
hasta su último aliento, el 11 de marzo de 1974.
Sobre su entrega y consagración, aun en los últimos momentos, el
Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz dijo, en el sepelio del dirigente obrero:
“Inútil era rogarle que moderara sus esfuerzos y atendiera su salud;
era lo único en que este militante modesto, dócil y disciplinado desatendió los
ruegos de sus compañeros y las exhortaciones de su Partido.”
“No venimos propiamente a enterrar a un muerto, venimos a depositar una semilla”, agregó Fidel en aquella ocasión. (Redacción digital. Con información de la ACN)
RSL