Esta historia la cuentan Sandra Sotolongo y su aula ecológica, en la calle Sol nro. 420 entre Villegas y Aguacate, en el municipio de La Habana Vieja.
A ese espacio, que antes fue un derrumbe, lo caracterizan las raíces, semillas y posturas que han sembrado junto a la comunidad.
Desde el proyecto de desarrollo local Insurgentes, Sandra promueve la enseñanza en ambientes no convencionales y en contacto con la naturaleza.
Al aula ecológica, espacio dedicado fundamentalmente a las
acciones comunitarias, se suman la fábrica de bicicletas, juguetes y otros
derivados de la madera -la vertiente económica-, y la más reciente, el parque
bautizado como Jardín de Cuba.
Jardín Cuba, un canto a la Madre Tierra. Fotos: Tribuna de La Habana e IPS/archivo. |
Estas acciones “son el inicio de todos los sueños y los programas que podemos tener como proyecto en ese espacio: promover el urbanismo ecosistémico, creando un huerto urbano; comercializar productos agroecológicos, para darle valores agregados al Centro Histórico, y sumarle al patrimonio construido, su gente y sus trabajadores un componente natural y estimularlo, como lo hacemos en el aula”, declaró Sandra al diario local Tribuna de La Habana, cuando el parque concluía su acondicionamiento, en abril de 2023.