Nacimiento de un héroe, estadista y fotógrafo apodado Che (+ fotos)

Nacimiento de un héroe, estadista y fotógrafo apodado Che


Este 14 de junio se cumplen 95 años del nacimiento en Rosario, Argentina, de Ernesto Che Guevara, figura más conocida como médico, guerrillero, dirigente político y mártir, si bien amó desde niño la instrucción y cultivó la lectura y la escritura. De ahí también sus dotes de periodista e ideólogo revolucionario.

La faceta de fotógrafo, quizás la menos conocida, es innata en el héroe: están fundidos en el Che el revolucionario y el ser espiritual, la dimensión humana y la sensibilidad estética. Esta última nace de una experiencia personal desde sus iniciales autorretratos y las fotos de correrías y recorridos por Latinoamérica.

En esos viajes, están las esencias culturales, cuyo hallazgo le sirvió para reencontrarse con la condición tercermundista defendida por él hasta sus últimos días.

En los años 60 del siglo XX, en el clima de la triunfante Revolución cubana y pese a sus altas responsabilidades en la dirigencia y las misiones diplomáticas en las más variadas geografías, el Che nunca olvidó la fotografía.

Nacimiento de un héroe, estadista y fotógrafo apodado Che

En sus tomas documentales, captó bellos paisajes de las más disímiles y distantes geografías.

Continuaba siendo un trotamundos sin remedio, en busca de una imagen; un guerrillero con cámara en mano o, si lo preferimos, un hombre universal y un artista global.

En la casa de origen del Che, siempre había una cámara dando vueltas. A él le gustaba investigar su funcionamiento y aprovechar todas sus posibilidades como aficionado.

Le apasionaba sacar fotos. Hay muchas notas en sus diarios de viaje acerca de imágenes que tomó o comentarios sobre cámaras que consiguió, perdió o tuvo que vender.

Nacimiento de un héroe, estadista y fotógrafo apodado Che

El Che se expresó artísticamente, registró lugares y experiencias que lo marcaron. Además, utilizó este medio como fuente de ingresos, como forma de trabajo y para crear un inventario arqueológico exhaustivo.

Ya en la guerrilla (1956-1958), en la oriental Sierra Maestra, durante la última etapa de la lucha cubana contra la dictadura de Fulgencio Batista, tenía claro el uso de la fotografía como propaganda y fuente de contrainformación. Esas fotos se perdieron.

Una vez que triunfa la Revolución (1959), registró la construcción de una nueva Cuba. Para el Che, las imágenes fueron un instrumento al servicio de las transformaciones.

Tomó fotos de ruinas arqueológicas y se fue haciendo cada vez más experto. Las capturó desde diferentes ángulos y las fue describiendo. En Cuzco, se deslumbró con Machu Picchu, que fotografió para acompañar un artículo que él mismo escribió para una revista de Panamá.

A la idea del fotógrafo viajero le fue sumando la posibilidad de documentar y denunciar injusticias sociales. Retrató la pobreza en pequeños poblados indígenas de Guatemala y México, y luego en la India.

La vida cotidiana, los mercados, las calles, el esfuerzo de mujeres y hombres… fueron parte importante de sus intereses.

En Guatemala, por ejemplo, dejó constancia gráfica de un hospital lujoso de la United Fruit Company, promotora del golpe de Estado contra Jacobo Arbenz, y sacó imágenes de mujeres indígenas pobres y sacrificadas. Había un propósito muy claro en mostrar las diferencias de clase.

El Che se preocupó mucho por conservar su material, pese a estar en movimiento permanente, sin dirección fija ni pertenencias. Durante años, guardó notas, diarios personales y fotos.

Fotografiaba todo con suma pasión. Dejó constancia gráfica de su etapa de ministro de Industrias, de su participación en los trabajos voluntarios, de sus recorridos por Cuba en helicóptero.

Hay rasgos diferenciados, pero también hay constantes, al decir de la investigadora argentina Cora Gamarnik, quien investiga la labor del Che como fotógrafo.

“El Che demuestra con sus fotografías haber sido un gran observador, sensible al esfuerzo humano, a los paisajes bellos”, subraya.

La fotografía le permitió acercarse y conocer lugares y gentes. La cámara fue un vehículo para comprender la realidad de los países que recorría y la forma visual de expresar las ideas de un hombre curioso, íntimo, sensible.

Las fotos muestran una búsqueda artística, estética. Ensaya planos, ángulos, técnicas diferentes. Saca fotos en color y en blanco y negro. Cuando puede, revela él mismo en un laboratorio improvisado.

Algunos estudiosos de su vida y obra no enmarcan al Che en alguna línea; él ensaya y prueba cosas distintas, fotografía lo que le sorprende, lo que quería resaltar o conservar. Lo visual es un modo de conocimiento, de aprehender lo vivido.

La cámara le proporciona una actividad y le permite “guardar” experiencias personales. Las fotos son un modo de decir “yo estuve ahí, vi esto, hice aquello” y, además, permiten completar un relato para otros. Muchas de sus fotos y textos iban dirigidos a su mamá, con quien tenía una relación especial, de muchísima comunicación y confianza.

Como ministro de Industrias, sacaba fotos en sus recorridos por fábricas, a las máquinas y herramientas; otras de carácter abstracto.

Mirar sus fotos es como ver a través de sus ojos, observar lo que él mismo miró. Es apasionante. Conocemos su transformación, su paso a la clandestinidad cuando decide salir de Cuba, cómo cambió su rostro para esquivar los servicios de inteligencia. Dejó para la historia el registro de su vida. De hecho, existen fotos suyas de bebé, fotografiado por su padre, junto a su madre y sus hermanos y hermanas, hasta los rollos de fotos sin revelar que le encuentran en su mochila y le sacan sus captores en Bolivia antes de asesinarlo.

Tenía absoluta conciencia de la necesidad de registrar el momento histórico que vivía; algunas fotos adquieren características particulares. Como comandante, se percibe su conciencia del lugar que ocupa y el esfuerzo por conservar su archivo.

En muchas imágenes, se le ve con líderes mundiales y con la cámara colgando en su pecho. Como si una parte suya hubiera seguido siendo igual que la que le puso un motor a la bicicleta con la que se fue de viaje a los 22 años. (Teresa Delgado Moreno. Fotos: red social X)

ARTÍCULO Y VIDEO RELACIONADOS

A los 95 años del Che, nace la Antología General de su pensamiento (+ fotos)



FNY

Publicar un comentario

Gracias por participar

Artículo Anterior Artículo Siguiente