Nuestro
Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz la calificó, en 1993, como “una batalla
política”, clave para mantener firme la moral combativa revolucionaria, y el
General de Ejército Raúl Castro Ruz nos ha enseñado que esta no puede
convertirse en “una campaña más, sino en un movimiento permanente, cuya
evolución dependerá de la capacidad de movilizar a la población y a los
diferentes actores de cada comunidad, sin excluir a nadie, con rigor e
intencionalidad política”.
Fiel al
legado de nuestros líderes históricos, el 8vo. Congreso del Partido, celebrado
en abril de 2021, ratificó la necesidad de fortalecer el papel de la
organización y sus militantes, con su participación, apoyo y control en todas
las acciones de prevención y enfrentamiento a los fenómenos y manifestaciones
que constituyan una amenaza para la seguridad nacional. El evento partidista
convocó a ser abanderados de la batalla contra la corrupción, los modos
deshonestos de actuar, el abuso de poder, el favoritismo y la doble moral.
La
implementación y cumplimiento de las acciones políticas, gubernamentales,
preventivas, de enfrentamiento, jurídico-operativas, penales, penitenciarias y
comunicacionales, desarrolladas desde entonces, han posibilitado la contención
actual de algunas tipicidades delictivas de mayor gravedad, y han evitado que
se generen situaciones graves de contingencia.
El
Ministerio del Interior ha continuado reforzando sus sistemas de integración
ministerial para la prevención y enfrentamiento a la delincuencia, personas de
conducta antisocial o de riesgo y sus actos, teniendo como prioridad el
municipio, el consejo popular y otros ámbitos de interés, en los que se
conjugan potencialidades operacionales, acciones preventivo-profilácticas,
herramientas tecnológicas y las maniobras con fuerzas y medios de la
institución.
Ello se
articula con las medidas adoptadas por la Fiscalía General de la República y el
Tribunal Supremo Popular para incrementar el rigor y la severidad en el
tratamiento jurídico, penal y penitenciario a los imputados, acusados o
sancionados, especialmente en figuras delictivas de mayor daño para la
sociedad.
Los
tribunales sancionaron al 96 por ciento de las personas juzgadas por hechos
ilícitos contra la vida, los asociados a la corrupción, las drogas, la
violencia de género, el sacrificio ilegal de ganado mayor y tráfico de sus
carnes, contra las autoridades, la propiedad, entre otros.
Las
acciones de la Fiscalía en el control de la legalidad, y de la Contraloría
General de la República en la correcta y transparente administración de los
fondos públicos y el control superior sobre la gestión administrativa, se
dirigieron hacia actividades y sectores de mayor importancia para el país.
El
Partido ha reforzado la atención, control y evaluación permanente del tema a
todos los niveles, e incluso ha incorporado como una prioridad en la evaluación
del desempeño de las organizaciones y sus militantes. La Unión de Jóvenes
Comunistas, las organizaciones estudiantiles, los movimientos juveniles, los
sindicatos, las organizaciones sociales y de masas han dado pasos concretos
para sumarse y hacerse sentir con más fuerza.
Por su
parte, el Gobierno ha trabajado en la implementación y cumplimiento de las
Directivas Generales para la prevención y enfrentamiento al delito, la corrupción,
las ilegalidades y las indisciplinas sociales por los organismos, entidades
nacionales, gobiernos provinciales y consejos de la Administración municipales,
haciéndolas corresponder con las medidas para corregir distorsiones y
reimpulsar la economía.
Sin
embargo, se impone seguir batallando para lograr la disminución del delito y
sus rasgos de complejidad en determinados casos, en los cuales se aprecian
hechos de violencia, que reflejan agresividad y temeridad que generalmente son
manipulados o magnificados en las campañas subversivas, a través de las redes
sociales digitales.
El
Comandante en Jefe nos demostró el alcance y el significado estratégico de
sembrar valores para inmunizar a las nuevas generaciones ante los desafíos de
la globalización neoliberal, la colonización cultural y la guerra económica,
comercial, financiera y mediática. Alertó que educar es “sembrar valores, ética
e ideales revolucionarios”, y “la educación es el arma más poderosa que tiene
el hombre para crear una responsabilidad, una ética, un sentido del deber, de
la disciplina, de la solidaridad», «sin educación no hay revolución”, señaló, y
“la Revolución solo puede ser hija de la cultura y de las ideas”.
Ser
consecuentes con su legado significa apostar por la formación integral de
valores en niños, adolescentes y jóvenes, lo que requiere de especial atención
por los organismos formadores, de los factores comunitarios, de la sociedad en
general y mayor exigencia sobre la responsabilidad de las familias, así como
corregir las insuficiencias y desviaciones de estos procesos.
Asimismo,
se impone la necesidad de realizar análisis profundos, objetivos y proponer
soluciones concretas, integrales, sistemáticas y enérgicas en los consejos de
la Administración municipales, para prevenir y enfrentar el delito, la
corrupción, las indisciplinas sociales, las ilegalidades, y hallar soluciones
–sin dilación– a las personas desvinculadas del estudio y el trabajo.
Las
acciones comunicacionales en los ámbitos mediático, organizacional y comunitario
deben contribuir más eficazmente a la labor preventiva-profiláctica, fomentar
una cultura de respeto a la ley y a la convivencia social y de rechazo a las
conductas transgresoras, sin sensacionalismos ni superficialidades.
Como se
ha ratificado en los principales análisis realizados por el Buró Político, el
Secretariado del Comité Central del Partido, el Consejo de Ministros, la
Asamblea Nacional del Poder Popular, las visitas de control a los territorios y
otros eventos de dirección, debe profundizarse y hacerse más efectivo el
trabajo de prevención y enfrentamiento de las instituciones administrativas,
eliminar las fisuras en el ambiente de control, identificar a tiempo y combatir
sin paños tibios los riesgos y debilidades en el control de los recursos.
Los
tiempos reclaman ejemplaridad y actuación ética de los directivos, funcionarios
y demás trabajadores; exigencia, responsabilidad y rigor de las
administraciones en el control y protección de los recursos; actuar con mano
dura en la aplicación de medidas a los responsables directos y colaterales de
los problemas detectados o conocidos. Se requiere integralidad y coordinación
de las acciones de prevención y atención social en las comunidades; elevar la
vigilancia y combatividad revolucionarias y el control popular.
El
Partido ha considerado impostergable el perfeccionamiento y fortalecimiento, a
corto plazo, de los mecanismos de fiscalización e inspección estatales, para
hacerlos corresponder con los profundos cambios derivados de la diversificación
de los actores económicos y las complejidades de la situación actual del país.
Nos ha llamado a un enfrentamiento efectivo a los precios abusivos y
especulativos de bienes y servicios. Todo ello, sin duda, contribuirá a la prevención
y a mantener un clima de orden, legalidad y gobernabilidad, que complementen
las acciones de carácter penal.
El
Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República,
Miguel Díaz-Canel Bermúdez, nos ha convocado a «desarrollar un enfrentamiento
contra ilegales, pillos, lumpen, vagos y corruptos, a favor de nuestro pueblo y
en función de la tranquilidad y el desarrollo honesto de nuestra sociedad».
El
llamado es a la unidad, la cohesión y la firmeza revolucionaria en defensa del
bienestar social y de las conquistas sagradas del pueblo, como la seguridad y
la tranquilidad ciudadana, consolidadas y preservadas a lo largo de 65 años,
pese a las agresiones permanentes, al bloqueo genocida y a las guerras de todo
tipo de los gobiernos de Estados Unidos para tratar de desestabilizar, asfixiar
y derrocar la Revolución.
El
informe que se debatirá en el VIII Pleno del Comité Central del Partido
concluye, precisamente, con el pensamiento estratégico del Comandante en Jefe,
cuando el 5 de enero de 1999, en el aniversario 40 de la Policía Nacional
Revolucionaria, afirmó:
“Hoy,
sin abandonar las demás tareas, sin abandonar absolutamente una sola tarea
revolucionaria, incluida la defensa de la patria con las armas en la mano si
llegara el momento, está la tarea fundamental, de enorme trascendencia
económica y política, de combatir y de vencer al delito. Vencer al delito no
significa el sueño de que el delito desaparezca de la faz de nuestra sociedad,
sino reducirlo a aquella mínima expresión que resulte incapaz de golpear
económicamente, de manera grave, y políticamente, también de manera grave, a la
Revolución. (Tomado del diario Granma)
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