“La patria ha crecido en madurez porque el tiempo es implacable y dispone las cosas en su sitio”, afirmó este viernes Miguel Barnet, diputado al Parlamento de Cuba por el municipio habanero de Guanabacoa.
Barnet, Premio
Nacional de Literatura, intervino en los debates del proyecto de nueva Ley
de Ciudadanía, aprobada en esta jornada en el Tercer Período Ordinario de
Sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular en su X Legislatura, ante el
General de Ejército Raúl Castro,
líder de la Revolución, y de Miguel Díaz-Canel, presidente de la República.
El autor de la novela Cimarrón expresó que han aparecido
en las vidas de los cubanos nuevos imaginarios, acciones, propósitos y hasta
nuevos sueños; recordó al Comandante en Jefe Fidel Castro, cuando a finales de la década de los años 70 del
siglo XX se reunió con un grupo de cubanos residentes en el exterior y refería
que en aquel momento ya la patria había crecido.
“A lo largo de este tiempo que me ha tocado vivir, he visto cómo
maduran las personas y cómo se recolocan las cosas en su justo lugar, el
cubano, es decir nosotros, hemos sido testigos de los avatares del tiempo
histórico, el que hace que avancen los días y las noches; ese tiempo es el
nuestro y no lo cambiamos por ningún otro del planeta, es nuestro tiempo el más
acariciado, el mejor”, afirmó.
Evocó el poeta a Fernando Ortiz cuando dijo, con meridiana claridad, que el cubano lo es nazca donde
nazca, viva donde viva y respire donde respire, y esa es una vocación
imbatible, es una condición del alma y del espíritu, remarcó.
Barnet apuntó que los afectos ya no están determinados por
la cercanía o la lejanía, sino por la
magia de las nuevas tecnologías; los valores se ven desde otra perspectiva,
en el ciberespacio, son ciberabuelos, ciberpadres, ciberhermanos, ciberamigos,
que la distancia física no es un obstáculo para la comunicación y el
entendimiento de las personas, “estamos todos a la distancia de un clic”,
comentó.
En su discurso
conciliador y coherente, el intelectual reafirmó que el cubano de hoy, viva
donde viva y respire donde respire, recibe múltiples soplos de afectos, aunque
quizás menos cercanos, pero más frecuentes, que los mantiene unido.
Calificó de indestructibles a esos vínculos y llamó, ahora
más que nunca, a estar unidos por redes afectivas que borren distancias físicas
y temporales.
Vivamos el tiempo de los
afectos y el diálogo permanente, instó, apoyemos esta ley que nos une en un
sólido abrazo planetario; el que ama a su tierra que la dignifique con sus
abrazos cálidos, esté donde esté, que disfrute a plenitud la convicción
ciudadana que ampara esta ley y nos hace mejores, más justos y más
contemporáneos; que viva la hermandad entre todos los cubanos, reafirmó el
destacado intelectual. (Redacción Digital. Foto: red social X)
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