En La Habana, el arte de la encuadernación



La encuadernación de libros es un arte remoto. Se inicia en la Roma imperial en los siglos II y III de la tardoantigüedad, y alcanza su perfección con el surgimiento del códice miniado en los monasterios y abadías medievales de la cristiandad, donde rectángulos de pergamino con texto e ilustraciones iluminadas aparecían como un conjunto de hojas independientes cocidas entre sí, y encuadernadas con tapas de piel de cerdo, becerro y otros animales, preferiblemente nonatos, incrustadas con láminas y cierres de metal labrado y piedras preciosas.

Pero, la confección de los códices medievales estaba en manos de los monjes copistas e iluminadores, y su destino eran las bibliotecas privadas de papas, emperadores, reyes y nobles, y así se mantuvo hasta 1450, fecha en que Johannes Guttemberg, súbdito del Sacro Imperio Romano Germánico, hoy Alemania, inventó la imprenta de tipos móviles.

Guttemberg fue también un afamado encuadernador. Su trabajo más reconocido es la Biblia de 42 líneas, considerada el primer libro impreso con tipografía móvil que, traducida a varios idiomas, resultó clave para la propagación de las ideas de la Reforma protestante en Europa, convirtiéndose en el primer libro de alcance masivo. El invento de Guttemberg está considerado uno de los principales motores impulsores de la modernidad, junto con la caída del Imperio romano de Oriente y el descubrimiento de América.

La Habana posee una tradición de grabado y encuadernación de libros desde 1776, cuando el impresor español Esteban José Boloña estableció su taller entre las murallas de la urbe. A su muerte, en 1817, ostentaba los cargos de impresor de la Marina, de la Curia Eclesiástica, del Tribunal del Santo Oficio y de la Cámara del Rey.

Su hijo, José Severino Boloña, le sustituyó en el oficio, al que aplicó ideas muy revolucionarias para la época, convirtiéndose en el impresor más sobresaliente del siglo XIX en Cuba.

Su taller era de los más modernos y sus impresiones podían competir con las realizadas en Europa. De sus prensas salieron obras muy relevantes, como Teatro histórico, jurídico y político-militar de la Isla Fernandina de Cuba (1789), de Ignacio José de Urrutia, uno de nuestros primeros libros de historia.

En 1797, publicó el estudio de Tomás Romay sobre el vómito negro y ese mismo año imprimió la primera defensa de la cirugía publicada en Cuba. También se le deben la impresión de la primera novela cubana: El espetón de oro, de Cirilo Villaverde, y la publicación del periódico La Mujer Constitucional, de 1820 a 1823.

Desde entonces, muchos talleres de encuadernación y grabado han existido en La Habana, algunos sin pretensiones, destinados a confeccionar blocks de notas, agendas, cuadernos escolares, encuadernaciones de tesis, almanaques, etc. Otros, más ambiciosos, pueden ser considerados herederos del linaje fundador, entre ellos algunos destinados a la publicación de libros nacionales y extranjeros. Pero, tal vez, hoy sea entre todos el más exquisito el que se encuentra ubicado en la Casa Vitier García Marruz, de reciente apertura, cita en la inserción de las calles San Ignacio y O'Relly, en La Habana Vieja.

Este nuevo centro cultural, patrocinado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura y la Oficina del Historiador de la Ciudad, es un memorial concebido en honor de Cintio Vitier y Fina García-Marruz, destacados poetas, ensayistas, investigadores y últimos miembros sobrevivientes del Grupo Orígenes, fundado en la República por el poeta José Lezama Lima. En su sede, han tenido lugar diferentes eventos culturales, como muestras gráficas y de la plástica, proyección de filmes, conferencias, debates y otras actividades.

La casa, de tan intensa vida artística e intelectual, alberga un taller de grabado y encuadernación equipado con la más moderna tecnología. Dirigido por el maestro grabador y encuadernador Osmany Cuevas Calderón, lleva adelante un singular proyecto de catálogo que bien puede equipararse con el de la célebre y ya desaparecida editorial española Siruela, a la que los amantes del arte y la literatura debemos tantos libros magníficos, bellamente ilustrados y con temas exóticos y raros de la alta cultura universal.

Este proyecto de la Casa consiste en la creación de varias colecciones que comprenden no solo obras de Cintio y Fina, sino también de textos antiguos y raros, como, por ejemplo, el hermoso volumen dedicado a la cultura celta, y una colección, por ahora solo en proyecto, de libros con un estilo de encuadernación japonés. Sin embargo, lo más interesante y original de este taller es su concepto del libro como objeto de arte y no de destino masivo, por lo que solo se confeccionan muy pocos ejemplares de cada obra.

Pero, la Casa Vitier García Marruz no es una torre de marfil, sino un emporio que se propone difundir la cultura, y para ello el maestro Osmany ha concebido un taller enmarcado en el espacio Rutas y Andares, de la Oficina del Historiador, con el objetivo de promover el aprendizaje de este difícil, fascinante y delicadísimo arte de la encuadernación. Este taller tendrá lugar próximamente y será de matrícula libre para todos aquellos que estén interesados en el libro como objeto de arte.

En entrevista a José Adrián Vitier, presidente de la Casa, hemos sabido que se prepara un ciclo de proyección de interesantes filmes de ficción histórica y fantasía heroica, entre los que se encuentra Excalibur, largometraje británico-estadounidense de 1981 que cuenta la leyenda de Arturo, mítico rey de Britania que luchó contra los sajones, basada en La muerte de Arturo, obra del cronista medieval Thomas Mallory.

Sin desdeñar las manifestaciones de carácter popular, los amantes del culto a la literatura y otras artes en su forma más elevada y espiritual, tendrán en la Casa Vitier García Marruz una especie de templo de la alta cultura, que facilitará a los habaneros, en especial artistas e investigadores, el conocimiento y disfrute de algunas de las creaciones más valiosas del intelecto humano. (Gina Picart Baluja. Foto: Portal del Ciudadano de La Habana)

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