Falta mucho por hacer en producción cubana de alimentos

Falta mucho por hacer en producción cubana de alimentos

 

La producción de alimentos centró este sábado, en La Habana, parte importante de los análisis del VIII Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC).

Las primeras horas de trabajo de la jornada se enfocaron en el papel del PCC y los cuadros a todos los niveles para alcanzar un incremento sostenido de los niveles productivos, que se hagan sentir en cada comunidad del país, en la mesa de las familias, a precios accesibles.

El análisis de los resultados en la producción de alimentos y la implementación de la Ley de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional (Ley SSAN) ocupó esta vez el pleno, indicó una reseña del diario Granma, órgano oficial del Comité Central del PCC.

Desde el viernes último transcurrió el encuentro en el Salón de los Plenos del Palacio de la Revolución, encabezado por el primer secretario del Comité Central y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y conducido por el miembro del Buró Político y secretario de Organización, Roberto Morales Ojeda.

El integrante del Secretariado del Comité Central del PCC y jefe del Departamento Agroalimentario, José Ramón Monteagudo Ruiz, tuvo a cargo la presentación de un informe objetivo y crítico, luego enriquecido por más de una docena de intervenciones.

En medio de la compleja situación económica, quedó evidenciado que “existe compromiso y disposición en los colectivos de trabajadores para avanzar, lo que se demuestra en múltiples ejemplos de productores destacados en cada territorio, en las diversas ramas del sector agropecuario, que se deben generalizar, porque constituyen la demostración del “Sí se puede” del General de Ejército Raúl Castro Ruz, cuya máxima de que “¡hay que virarse para la tierra! ¡Hay que hacerla producir!” continúa siendo premisa.

La evaluación de lo alcanzado y lo mucho por lograr reafirmó que el PCC mantiene su labor de vanguardia en todas las esferas, particularmente en las relacionadas con la producción de los alimentos, y que es decisiva la participación de los militantes.

Se ratificó que, para alcanzar la soberanía alimentaria, resulta indispensable incrementar los resultados de los diversos programas, a partir de mayor integración y proactividad de los organismos con responsabilidad ante la Ley SSAN, no solo de los que están más vinculados a estas producciones, como los ministerios de Agricultura (Minag) e Industria Alimentaria (Minal) y el grupo Azcuba.

El jefe del Departamento Agrolimentario del Comité Central del PCC recordó que el 8vo. Congreso de la organización aprobó el Lineamiento 138, “que concibe implementar el Plan Nacional de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional, con la integración de los organismos y entidades del país, en articulación con los procesos de gestión del desarrollo territorial, aprovechando las potencialidades locales y los encadenamientos productivos”,

El Informe Central del principal cónclave del PCC, celebrado en abril de 2021, también precisó “la necesidad de defender el incremento de la producción nacional, en especial de los alimentos, desterrar el dañino hábito de importarlos y generar exportaciones diversificadas y competitivas”, añadió Monteagudo Ruiz.

En el VIII Pleno, se enfatizó que le corresponde al PCC continuar desarrollando su labor para impregnar entre los militantes la necesidad de asumir el desafío de producir los alimentos que se requieran, con la menor dependencia externa, avanzando con esfuerzos propios y con una utilización más eficiente de los recursos disponibles.

Se destacó que la intensa labor desplegada por la máxima dirección del PCC, encabezada por su primer secretario, en los recorridos y visitas a los territorios durante este año, ha permitido fortalecer el trabajo de la organización y confirma la voluntad de continuar atendiendo las principales inquietudes del pueblo, de forma priorizada y personal.

Al análisis sobre la producción de alimentos y la implementación de la Ley SSAN presentado en el VIII Pleno lo precedió un proceso de consulta en las estructuras de dirección y de base del PCC y la UJC relacionadas con el sector agroalimentario.

También se intercambió con organizaciones de masas, consejos de Gobiernos provinciales, asambleas municipales del Poder Popular y consejos de la administración municipales. La consulta abarcó 10 mil 329 organizaciones de base y participaron 96 mil 789 militantes del PCC y la UJC, junto a 25 mil 269 trabajadores no militantes, lo que generó 62 mil 366 intervenciones.

En el proceso, explicó Monteagudo Ruiz, “fueron identificadas las causas que inciden desfavorablemente en la producción de alimentos y se realizaron propuestas encaminadas a la búsqueda de soluciones que nos permitan transformar los problemas y avanzar en el escenario actual”.

Se realizaron, además, visitas especializadas de la Estructura Auxiliar del Comité Central del PCC a todas las provincias. Se interactuó en 50 municipios, así como también empresas, unidades productoras, mercados y otras entidades del Minag, Azcuba y el Minal, con intercambios con más de dos mil 900 personas.

DE LA LEY SSAN Y OTRAS FORTALEZAS

La implementación de la Ley 148/2022, Ley de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional, su Reglamento y el Decreto 67, tienen como objetivo promover la movilización de los recursos de cada territorio y organizar los actores de los sistemas alimentarios locales.

La normativa otorga a los municipios la autonomía necesaria para impulsar la producción de alimentos, y uno de los elementos esenciales en su implementación es la creación, consolidación y desarrollo de los Sistemas Alimentarios Locales (SAL) y del Sistema Empresarial Agroindustrial Municipal.

Hasta la fecha, informó Monteagudo Ruiz, se han traspasado o autorizado 111 empresas en 105 municipios, y se identifican 21 programas que tributan al autoabastecimiento alimentario municipal.

“Estas empresas, explicó, están llamadas a desempeñar un papel fundamental en los sistemas productivos a nivel local; de ahí la necesidad de prestarle una atención priorizada en aspectos esenciales como la Política de Cuadros, el fortalecimiento de sus estructuras de dirección, el completamiento de la fuerza de trabajo, la situación económica financiera y la recuperación de su capacidad productiva”.

Al mismo tiempo, en los últimos años se han adoptado otras decisiones para dinamizar el sector, como las 63 medidas de 2021, que propiciaron la eliminación de trabas y la flexibilización de procesos en beneficio de los productores agropecuarios con una participación activa de estos.

El país dispone de seis millones 400 mil 755 hectáreas de tierra agrícola, de las cuales el 79 por ciento es propiedad estatal, el 13 por ciento privada y el ocho por ciento propiedad cooperativa. Más del 80 por ciento de la producción de alimentos en Cuba proviene del sector cooperativo y campesino. Se cuenta con 128 mil 823 propietarios de tierra y más de 275 mil usufructuarios, que gestionan dos millones 871 mil 431 hectáreas (ha), el 31 por ciento del área agrícola.

Si bien se han entregado en usufructo más de dos millones 500 mil ha, principalmente para ganadería y cultivos varios, no se ha logrado aún el impacto que se demanda en los diferentes programas, subrayó.

También se reconoció que, aunque en el país existen fortalezas para el desarrollo de la producción de alimentos, “en los últimos años, la crisis económica y el recrudecimiento del bloqueo han tenido un impacto significativo en el decrecimiento de las producciones agroalimentarias por déficits de financiamientos para adquirir insumos, combustibles, fertilizantes, productos fitosanitarios, medicamentos, materias primas para la alimentación animal, maquinarias y piezas de repuestos, entre otros”.

Se han detectado, al mismo tiempo, deficiencias, indisciplinas e ilegalidades en la posesión, uso y explotación de la tierra y de la masa ganadera, que no se han enfrentado oportunamente por debilidades en la gestión estatal y empresarial del sistema de la agricultura, problema cuya solución es una prioridad para establecer el orden y la disciplina en esta importante actividad, se señaló críticamente en el VIII Pleno.

DE CARA AL CAMPO

A pesar de estrecheces y restricciones, en el último período se ha cumplido la campaña de siembra de frío de cultivos varios y marcha de forma favorable la de primavera, aunque los niveles de siembra, debe acotarse, no cubren las demandas alimentarias de la población, en lo que inciden también los bajos rendimientos de los cultivos.

Es consenso que, para alcanzar el incremento de las producciones agropecuarias, en las condiciones actuales, se necesita sembrar y producir más, y es imprescindible la incorporación de todos los organismos, empresas y cooperativas con posibilidades de producir alimentos y garantizar una mejor atención a sus trabajadores, asunto que no ha avanzado adecuadamente.

La creación de áreas de autoabastecimientos, por ejemplo, tampoco marcha con la agilidad que se exige. Solo se han entregado para este propósito 31 mil 151 ha, a organismos, empresas y entidades, insuficiente teniendo en cuenta la cantidad de tierra ociosa y deficientemente explotada que hay en cada uno de los territorios, se denunció.

En cuanto el desarrollo de los polos productivos, se conoció que un grupo de ellos no logra los resultados esperados, presentan deficiencias en el uso y explotación de la tierra, la disponibilidad de semillas, la gestión de la fuerza de trabajo y la utilización de los equipos de riego disponibles. Solo decir que las empresas agropecuarias estatales aportan apenas entre un 15 y 20 por ciento de la producción agropecuaria que se cosecha en el país.

También resulta insuficiente la creación de colectivos laborales en las empresas estatales, y se requiere perfeccionar la atención a las comunidades rurales por los Organismos de la Administración Central del Estado y los Órganos Locales del Poder Popular, entre otras dificultades a resolver.

Se coincidió, además, en la relevancia de continuar potenciado la ciencia y la innovación como pilar de la gestión de Gobierno y clave para encontrar soluciones, y en el fortalecimiento de las acciones de comunicación social que contribuyan a movilizar los organismos, instituciones, productores y la población en general con el objetivo de alcanzar una mayor soberanía alimentaria. (Redacción Digital. Foto: red social X)

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