Gestión de albergues en La Habana ante el azote de huracán de gran intensidad

Gestión de albergues en La Habana ante el azote de huracán de gran intensidad

Para intercambiar experiencias en función de la protección humana ante el azote de un huracán de gran intensidad, sesionó en La Habana un taller con la participación de expertos de varios organismos.

Convocado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), con el apoyo de los fondos, para la infancia (Unicef) y el de población –todas, agencias especializadas de las Naciones Unidas–, y la participación de expertos y directivos de esos tres organismos internacionales; además del Estado Mayor de la Defensa Civil de Cuba, su representación en la capital, y las direcciones, provincial y municipales de la Vivienda y sus departamentos de Albergue, por la parte cubana, el evento tuvo como propósito esencial, intercambiar experiencias, reforzar conocimientos y explorar vías para garantizar mejores condiciones de vida a quienes es menester evacuar para mantenerles a salvo frente al azote de un fenómeno hidrometeorológico u otra situación de emergencia extrema.

Todavía frescas las huellas demoledoras de Beryl, a su paso por el Caribe, y en medio de una temporada ciclónica que promete ser peligrosamente activa, el taller Gestión y Coordinación de Albergues: Agenda Tentativa, puso sobre el tapete un tema de suma importancia para los habaneros.

Luego de tres sesiones de trabajo, también cumplió el propósito de promover avances, cuantitativos y cualitativos en la velocidad de respuestas, en cuanto al fomento de capacidades, acondicionamiento, eficiencia en el uso de los recursos, y asistencia, protección y garantía de los derechos de todos los asistenciados, e incluso, buscar soluciones sostenibles, en interés de terminar con tales reubicaciones temporales, con la garantía de un cierre organizado y la eliminación gradual de tales emplazamientos.

Con su ponencia Procedimiento Operativo, gestión de Albergues, el consultor de la OIM-Cuba, Miguel Ángel Puig, puso de relieve la trascendencia que cobró el taller, en el contexto actual del territorio.

El especialista hizo un recuento de los huracanes categorías cuatro y cinco, que han afectado a la capital cubana, desde que se iniciaran estos registros históricos, varios, por cierto, y todos en el mes de octubre y con impactos destructivos de consideración.

Sin embargo, aclaró que hace 80 años ninguno de los categorizados como de gran intensidad ha impactado directamente a la ciudad, como debía haber sucedido, de atenernos a los dictados del cálculo de probabilidades.

Las cifras apuntadas por Ángel Puig hablan de alrededor de 365 mil hogares vulnerables y algo más de un millón de personas a proteger. Entonces, alta la probabilidad de azote y complejo el escenario, prepararse resulta lo más sano y profiláctico, y hacerlo incluye, de manera prioritaria, el tema albergues.

Los tópicos abordados permiten hacerse una idea del alcance y profundidad de los intercambios, todos relacionados con la gestión de albergues, solo algunos ejemplos:

Procedimiento operativo; Introducción a la caja de herramientas en la gestión; Roles y responsabilidades; Principios humanitarios; Coordinación y monitoreo de provisión de servicios; Violencia basada en género y salud sexual y reproductiva, en la gestión inclusiva en los centros de evacuación cubanos; Protección de la infancia y adolescencia, en tales contextos, Gobernanza y participación comunitaria; Escuchar y proveer de información a las comunidades, y Cierre del sitio con su estrategia de salida.

El intercambio propiciado por los análisis permitió abordar la complejidad y diversidad de los desplazamientos, a nivel global; debatir en torno a la terminología en función de las soluciones duraderas para las personas que viven en estas comunidades de tránsito e identificar los distintos tipos de asentamientos temporales y las fases de su ciclo de existencia.

La OIM forma parte del Sistema de Agencias Especializadas de las Naciones Unidas, y labora en el propósito de “promover una migración segura, ordenada y regular para el beneficio de todas las personas y de los estados miembros. En Cuba participa en tres direcciones estratégicas, definidas por el Marco de Cooperación 2020-24, del sistemas de la ONU: gobierno eficaz, medio ambiente y gestión de riesgo de desastres, y desarrollo humano con equidad”. (Redacción Digital, con información y foto de Tribuna de La Habana).

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