Un habanero que ascendió a la inmortalidad por sus puños

Un habanero que ascendió a la inmortalidad por sus puños

El habanero Eligio Sardiñas, conocido en el mundo deportivo como Kid Chocolate escaló los más altos peldaños en el boxeo, tanto amateur como rentado.

Nacido en el municipio del Cerro el 6 de enero de 1910, fue un niño inquieto que gustaba de practicar deportes, jugaba béisbol y pelota vasca, pero por el color oscuro de su piel, pertenecer a las clases desposeídas de la sociedad y haber perdido tempranamente a su padre, no fue mucho el tiempo que pudo dedicar al estudio o a sus aficiones, al tener que trabajar para ayudar al sustento familiar, por lo que ejerció el oficio de limpiabotas, que era muy común entre los niños de su grupo social.

Su debut en el deporte de los puños se debió a la situación económica que presentaba su familia, lo que lo impulsó a incursionar en esa forma de ganar dinero, aún con tres años de edad menos de lo reglamentado.

De complexión delgada y una estatura mediana se inició en la división de los pesos pluma y más tarde ascendió a la de los gallos.

Su oportunidad apareció al ser creada en Cuba la Unión Atlética Amateur de Boxeo, organización que patrocinó los campeonatos efectuados entre 1922 y 1926, donde el Kid fue reconocido por primera vez como una figura en ascenso en el boxeo cubano gracias a su estilo peculiar de pelear, aunque se sabe que su brazo izquierdo era un poco más corto que el derecho.

En 1931 y 1932 obtuvo los cetros de campeón mundial, tanto en el boxeo aficionado como en el profesional. Durante su carrera, que se extendió por una década, los árbitros levantaron su brazo en 136 oportunidades, solo fue derrotado en 10 compromisos y entabló otros 6. En esas lides propinó 44 nocauts y solo quedó tendido en la lona en dos oportunidades en las que peleó estando enfermo de sífilis, un mal que en aquel tiempo no tenía cura adecuada, y que le restaba fuerza, concentración y velocidad, y que terminó por llevarlo a la tumba el 8 de agosto de 1988 en La Habana.

Su memoria no se ha perdido, se conserva al considerársele entre las glorias del deporte cubano y su nombre se le ha dado a varias instituciones deportivas de su patria natal. (Gilberto González, con información de Ecured. Foto: Cubadebate).

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GGG

 

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