El Comandante de la
Revolución Juan Almeida Bosque sigue presente entre los cubanos, a 15 años
de su fallecimiento en La Habana, el 11 de septiembre de 2009, tras una vida de
entrega total a la patria desde el camino elegido muy temprano por él: ser
combatiente por la libertad y dedicarse
al trabajo transformador cumplido siempre.
Fue un hombre grande este ser humano, distinguido por una
naturalidad y humildad que impresionaban desde su trato hasta el sello impreso
en todo lo que hizo, noble, raigal y bien sentido, como lo proclamó su corazón de patriota cubano.
Por ello tiene un sitial entre los pilares de la Revolución
triunfante el primero de enero de 1959, y debido a su legado de soldado
revolucionario de la clandestinidad incorporado a tareas desde muy joven, en su
pueblo natal en los alrededores de la capital, y luego expedicionario del yate Granma.
Fecunda la vida de este cubano nacido el 17 de febrero de
1927, quien cumplió el deber dictado por su conciencia de ser un sobresaliente
combatiente con las armas en la mano, político, militar, padre y abuelo,
compositor de hermosas canciones y autor de libros testimoniales que enriquecen la historia de Cuba.
Fueron admirables en él su valentía, arrojo y coraje a toda
prueba y su naturalidad y la expresión de su semblante noble y bondadoso,
dándole un carisma que también le hacía ganar muchos corazones.
En su caso, tal vez ese sea el secreto de la admiración
permanente despertada por su recuerdo, una estela de suave y firme brillo con
muchas aristas y enseñanzas aleccionadoras para sus connacionales fueran o no
sus contemporáneos.
Los hijos de la oriental ciudad de Santiago de Cuba, donde trabajó por algunos años en
responsabilidades de dirección política, lo evocan con gran cariño y emoción,
por sus capacidades de laborar y enfrentar los retos, también por su humanismo
con los vecinos de sus comunidades y su bella música, tan gustada en esa región
como en el resto del país.
Algunos recuerdos sobre su existencia no vienen mal, pues la
energía y convicciones políticas que enarboló coincidieron con los del resto
del grupo de expedicionarios del Granma al que perteneció. Lo que sucedió luego
en Alegría de Pío lo marcó como representante de la estirpe de los seres
humanos jamás rendidos por las
circunstancias más terribles.
A pesar de la
derrota militar sufrida por los rebeldes, la voz de Juan Almeida Bosque, gritando
vigorosamente: “¡Aquí no se rinde nadie, c...!” fue directa a la historia
cubana.
Anteriormente, fue asaltante al cuartel Moncada el 26 de Julio de 1953 y siguió al líder de la
audaz acción, Fidel Castro Ruz, como
prisionero político y compañero ardiente de causa en la cárcel mal llamada
Presidio Modelo, en la entonces Isla de Pinos.
Salió de prisión con sus convicciones revolucionarias
robustecidas, junto a otros compañeros liberados, en el momento en que la
presión popular y la propia movilización inspirada por el Comandante en Jefe de
la Revolución desde el reclusorio, obligaron al criminal presidente usurpador a
hacer una amnistía en mayo de 1955.
Inmediatamente, participa en la fundación del Movimiento 26 de Julio y, como en sus
camaradas de brega, madura la conciencia de que el tirano recrudecería la
persecución y saña contra los patriotas.
Deciden entonces partir al exilio, a México, y entre los
continuadores dispuestos a seguir luchando con las armas en la mano, pues se
negaban las posibilidades a otras vías, no podía faltar el albañil habanero.
Almeida Bosque mostró siempre una actuación de vanguardia
desde los primeros momentos que marcaron el nacimiento del Ejército Rebelde ya
en las inmediaciones de la Sierra Maestra.
Después de haber recibido dos heridas en el combate de El
Uvero, uno de los primeros, siguió mostrando cada vez más su pericia militar,
ganada palmo a palmo, hasta ser el Comandante guerrillero que tuvo el honor de
fundar el Tercer Frente Oriental, en los predios cercanos a la heroica Santiago
de Cuba.
Al triunfar la Revolución, avanzó junto a Camilo Cienfuegos y a Ernesto Che Guevara hacia La Habana con
sus fuerzas, para consolidar la victoria rebelde que el enemigo ya intentaba
impedir, bajo instrucciones del imperio, y desde allí esperó la llegada
triunfal de Fidel con el grueso del Ejército popular, en la Caravana de la Libertad.
Nunca dejó de ser rápido y jamás se le vio rezagado, aunque
su apariencia transmitía serenidad y ninguna altisonancia. Continuó cumpliendo misiones
y superándose en el terreno militar y cultural, siempre con un pie en el
estribo, como los viejos mambises, para seguir librando todas las batallas que
impuso la construcción del socialismo cubano.
Integró el Comité Central y el Buró Político del Partido Comunista de Cuba desde su
fundación, en 1965, y fue ratificado en todos sus Congresos.
Además, se desempeñó como diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento) y vicepresidente
del Consejo de Estado de la República, a partir de la primera legislatura del
Parlamento.
Héroe querido y admirado, dejó una huella que transmite un
mensaje de aliento y confianza en el futuro, de seguridad inquebrantable en la victoria, mientras se mantenga la
vocación de lucha.
La vida lo premió, al dotarlo de una cualidad que le
facilitaba la composición de bellas melodías y textos de canciones. Era una
suerte de poeta o juglar popular, cuya sensibilidad sabía captar y expresar
sentimientos y esencias para expresarlas de manera sintética y directa, sin vulgaridad.
Resultó ser compositor de una música muy inspirada, bella,
melódica y armoniosa, que siempre transmitía las claves de su admirable
carácter, su alegría y todas las virtudes que le brotaban, con una calidad que
nadie duda.
Más de 300 canciones
y una docena de obras literarias nos legó este Héroe de la República de Cuba,
condecorado, además, con la Orden Máximo Gómez de Primer Grado.
Almeida Bosque fue el segundo vástago de un humilde matrimonio habanero que supo educar con valores y patriotismo a una prole de 12 niños, a los cuales el futuro Comandante del Ejército Rebelde ayudó a sostener desde bien temprano, pues el sentido de la responsabilidad y el amor por la familia fueron notorios en él toda su vida. (Tomado de la Agencia Cubana de Noticias. Imagen: tomada del periódico 5 de septiembre)
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