De Ernesto “Che” Guevara, el Comandante en Jefe Fidel Castro expresó:
“Escribía con la virtuosidad de
un clásico de la lengua. Sus narraciones de la guerra son insuperables. La
profundidad de su pensamiento es impresionante. Nunca escribió sobre nada
absolutamente que no hiciese con extraordinaria seriedad, con extraordinaria
profundidad.”
Y es que el Che también fue periodista. Durante los años de
la lucha insurreccional en la Sierra Maestra, cumplió su deseo de fundar un
periódico revolucionario, con la reedición de El Cubano Libre, publicación en
la cual comenzó a publicar bajo el seudónimo de El Francotirador.
También en las montañas, fundó más tarde la emisora Radio
Rebelde, para exponer los engaños del imperialismo y como forma de contacto
directo con las masas. A través de esa planta, se logró contar la verdad que
vivían los barbudos (combatientes cubanos por la libertad).
Antes, había escrito Las notas de Viaje, a partir de
vivencias en las zonas rurales y montañosas de Chile, Perú y Venezuela, texto que
inspiró la película Diarios de Motocicleta.
Se desempeñó como corresponsal en los II Juegos
Panamericanos, en 1955, en el que fue uno de los trabajos más agotadores: realizó
entrevistas, fue reportero gráfico, redactor.
Después del triunfo de la Revolución cubana en 1959, integró
el selecto grupo de fundadores de Prensa Latina, agencia informativa de escala
internacional, con la finalidad de contrarrestar las campañas mediáticas contra
Cuba y usar ese medio como plataforma periodística para contar la verdad.
También apoyó con sus trabajos el quehacer de la revista
Verde Olivo, en la cual tuvo una sección titulada Sin bala en Directo, en la
que exponía acciones y agresiones del Gobierno estadounidense contra Cuba.
Su último trabajo fue un diario que escribió durante su lucha en Bolivia, en el que detallaba la situación por la que atravesaba, texto que trascendió a la historia como Diario del Che en Bolivia. (Iliana Ortega Chávez. Foto: red social X)
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