Su legado es el de la consecuencia
con los principios. El de ponerle cuerpo y alma a la creencia en un mundo más equitativo. Es la renuncia
al destino personal y familiar para hacerse cargo de su destino colectivo. Es
la convicción hecha fibra y sentimiento, y no mera elucubración mental.
La clara inteligencia, la férrea voluntad, la valentía sin límites, el desinterés personal,
la fidelidad absoluta a sus ideas
fueron atributos que adornaron la personalidad multifacética de Ernesto “Che” Guevara y lo hicieron descollar en su corta, pero intensa y fructífera, vida.
El Che, como es recordado históricamente, libró a finales de
1958 la batalla de Santa Clara, que dio en Cuba la estocada definitiva a la dictadura de Fulgencio Batista.
Su rostro es un modo de identificación y reconocimiento
popular, su significación ya no solo abarca a la lucha cubana, sino que
simboliza todo lo que engloba el concepto "Revolución". El Che en
Siria, Turquía, Palestina, en todas las personas que luchan por un futuro justo y más equitativo.
Che fue un líder que tomó decisiones, jugándose el todo por
el todo, en un escenario donde una mala decisión podría llevar a la muerte, y
así fue. ¨No hay peor decisión que la que no se toma¨ decía el Che.
El Guerrillero Heroico
fue un marxista autodidacto, que luchó por el socialismo para reemplazar al
capitalismo.
"El deber de todo revolucionario es hacer la
revolución", así lo dejó escrito.
Es el ícono de la
izquierda en América Latina y el mundo, rechazó las injusticias y promovió la
rebeldía ante un sistema que generaba -y aún genera- profundas desigualdades
sociales. (Teresa Delgado Moreno. Fotos: red social Facebook)
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