Tras el azote del huracán Rafael al occidente de Cuba, la Villa de Pepe Antonio sufrió el derribo de varios postes eléctricos por efectos de los fuertes vientos, que también impactaron en árboles frondosos y provocaron algunos derrumbes totales o parciales de viviendas vulnerables.
Para suerte de la población que vive en zonas de inundaciones, no se desbordó la presa Bacuranao, la cual, aunque estaba a plena capacidad de llenado, alivió sin contratiempos, y el río Martín Pérez no salió de su cauce.
En reunión de trabajo, dirigentes del Consejo de Defensa Municipal Guanabacoa informaron que no se produjeron accidentes fatales, se cumplió con el programa de evacuación de personas vulnerables y se garantizó la alimentación para todo el personal evacuado y el de aseguramiento en general.
La población recibió el pan normado correspondiente en los ocho consejos populares, se mantuvieron vitales las actividades del comercio minorista y otras del programa agroalimentario, los de salud pública, y se preservaron los recursos del período lectivo en los centros de educación, que reanudarán las clases el próximo lunes.
La mayor parte de la población evacuada retornó a sus respectivas viviendas, y solo quedan seis familias por definir su situación.
El Departamento de Transporte informó al Consejo de Defensa que se reanudó el funcionamiento de las rutas de ómnibus urbanos, el de los taxis Gazelle y el de los triciclos eléctricos.
Los trabajadores de la Empresa de Servicios Comunales están enfrascados en recoger en el menor tiempo los volúmenes de desechos que están en las calles por efectos del evento hidrometeorológico severo, las podas de árboles y la basura domiciliaria que genera la población. (Ramón Lantigua Arcis. Foto del autor)
FNY
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