
En el diamante de la pelota cubana, en el cual los héroes se forjan entre el polvo y el sudor, un nombre resuena con fuerza entre los aficionados a este deporte: el habanero Andy Vargas.
Este lanzador que defiende el color azul de
Industriales en el campeonato cubano, ha demostrado que su destino está escrito
en la lomita, al convertirse en un guerrero de la recta, el cambio y el
control, y en un artista que dibuja ponches en el aire con la precisión de un
maestro.
Cuando Cuba ha necesitado un salvador en los dos
últimos eventos internacionales, su brazo diestro ha respondido con la fiereza
de los grandes, al punto que las únicas tres victorias que ha logrado la
selección nacional llevan su firma.
En el Premier 12, con la serenidad de los elegidos,
se anotó su primer triunfo con una labor de cinco entradas y dos tercios, donde
solo permitió una carrera y a ponchó a 10, publica un comentario de Prensa
Latina.
Y si esa actuación fue un aviso, en la recién
finalizada Serie de las Américas levantó su leyenda con una exhibición de
maestría que le valió para ser seleccionado el mejor lanzador de la justa.
Los dos triunfos que alcanzaron los Leñadores de Las
Tunas engrosaron los archivos de Vargas, con un trabajo de siete entradas y un
tercio de dominio absoluto, sin permitir y con otros 10 abanicados.
Pero el lanzador industrialista no es solo cifras y
récords. Su impronta se edifica en la disciplina, en el sacrificio silencioso
de quien entiende que la gloria se forja en el trabajo diario.
El joven de 25 años sabe escuchar, aprende, se
entrega al entrenamiento con humildad, es un caballero dentro y fuera del
terreno, atento con la prensa y siempre dispuesto a compartir su historia con
la cortesía que distingue a los verdaderos ídolos.
En seis campañas nacionales, ha construido un camino
de constancia. En las últimas dos temporadas ha sumado 13 victorias y
consolidado como un pilar del picheo cubano.
Fue cuarto en promedio de embasados (1.27) y en
efectividad (2.86), y quinto en ponches (61) en la lid doméstica de 2024, una
prueba irrefutable de su calidad.
¿Será Andy Vargas el caballo de batalla de Cuba en
próximas contiendas? La respuesta está en su brazo, en su entrega, en cada
lanzamiento que silencia bates y aviva la esperanza de los suyos.
El tiempo dirá si su nombre quedará escrito entre
los inmortales, pero hoy, en cada salida, su recta y su coraje siguen
alimentando la leyenda. (Redacción Digital. Foto: Prensa Latina)
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