Precios sin control: ¿Por qué la resolución no llega a la mesa? (+ fotos y video)

Precios sin control: ¿Por qué la resolución no llega a la mesa?

Los fines de semana empiezan temprano, con la misma preocupación para muchas familias cubanas: encontrar lo indispensable para llevar a la mesa, mientras los precios -esa variable implacable- siguen su escalada sin freno.

En bolsillos flacos por la inflación, el salario se esfuma en el mercado informal, donde una bolsa de pollo de cinco libras devora casi toda una pensión.

El problema, tan urgente como complejo, exige un análisis profundo desde sus múltiples aristas. Aunque el Gobierno ha intentado contener la situación con medidas como la Resolución No. 225/2024 -que regula precios de productos esenciales-, su aplicación sigue siendo irregular, y no hay señales de mejora a corto plazo.

¿Por qué no se cumplen por todas estas disposiciones? ¿Qué falla en los mecanismos de control? Un equipo de reporteros de Cubadebate salió a las calles para investigar las causas del incumplimiento, escuchar a los afectados, a los actores económicos implicados en el fenómeno y evaluar la respuesta de las autoridades.

Precios sin control: ¿Por qué la resolución no llega a la mesa?

La vecina de la esquina, como si fuesen la Biblia y la cruz, lleva una agenda carmelita con los precios anotados bajo el brazo izquierdo y la pesa en otro, en todas sus incursiones a la feria de productos agropecuarios —y de todo tipo—, que hacen los viernes al doblar del edificio. Que si el tomate es tanto, el arroz más cuanto y el frijol no puede pasarse de tal cifra. Los montos están topados, la vecina lo sabe y exige, o al menos intenta, que se cumplan sus derechos.

“Pero imagínese madre, el guajiro me subió la cebolla, y agradezca que hay, porque no tenía cómo recoger el tomate, y casi todo se pudrió en el campo. Las semillas están caras, los fertilizantes por las nubes, y nadie es bobo para perder. Todos tenemos que vivir.”

Compra media libra de cebollas; se faja por el frijol y logra llevárselo por el monto establecido, después de vociferar amenazas. Se frustra cuando no encuentra el paquete de pollo, pero “mire, señora, aproveche que el cartón de huevos está en 2400; hay bastante en MLC y USD, y ahora lo tenemos a precio de cochino enfermo”. La vecina respira y, por un momento, viene a su mente ese sabor a cerdo que no recuerda la última vez que probó.

Entre intentos fallidos, dolores de cabeza y el dinero agotado, regresa a casa con frijoles, arroz, cebolla, una calabaza, picadillo y una docena de huevos. “Y la leche la buscaré en las mipymes, esa amarilla que parece ‘Cerelac’, porque la buena mijita, la de bolsa sellada, a esa no le llega nadie. Más de dos mil pesos y todo el mundo sabe que no cuesta eso. Aquí no se respeta nada. Sí, compraré el kilo a granel de esa mala. Pan para hoy y hambre para mañana”.

Hace casi un año, en julio de 2024, el Ministerio de Finanzas y Precios (MFP) publicó la Resolución 225 para regular los precios minoristas máximos de seis productos de alta demanda: pollo troceado, aceites comestibles (excepto el de oliva), leche en polvo, pastas alimenticias, salchichas y detergente en polvo.

Las importaciones de cada uno fueron exoneradas del pago del impuesto aduanero, con lo cual se pretendía estimular la entrada al país de esos insumos.

También se reguló que, en la formación de los precios minoristas de estos productos, los actores económicos reconocieran hasta un 30 por ciento de margen de ganancia sobre costos y gastos, siempre que no excedieran los topes establecidos.

Según explicó entonces el ministro de Finanzas y Precios, Vladimir Regueiro Ale, el objetivo de la medida era contener el alza de los precios en los productos básicos, tras la evaluación del mercado y encuentros previos con los actores económicos.

De acuerdo con el texto La inflación y el control de precios, publicado en el sitio web de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba, desde el punto de vista económico era necesario hacer esta regulación, pero debe ser transitoria y guardar relación con la tasa cambiaria y el costo de la divisa en el mercado financiero informal.

Otras normativas vinieron después, como la aprobación en febrero de los precios para comercialización minorista de nuevos medicamentos o el Acuerdo 10093, por el cual el MFP dispuso la regulación temporal de los precios máximos de acopio y los minoristas de arroz y frijol común, de producción nacional.

Aunque estas leyes son necesarias para frenar el aumento galopante de los precios, no solucionan el problema de la capacidad de compra del salario medio nominal.



(Tomado de Cubadebate. Artículo completo aquí)

ARTÍCULO RELACIONADO

En La Habana, violaciones de precios de productos agropecuarios

RSL

Publicar un comentario

Gracias por participar

Artículo Anterior Artículo Siguiente