El Aula Magna de la Universidad de La Habana acogió un emotivo acto de reconocimiento a académicos que hacen historia en sus aulas y muestran una relevante consagración al magisterio.
La ceremonia fue
presidida por la doctora en Ciencias Miriam Nicado García, rectora de esa casi tricentenaria casa de altos estudios,
y Niurka María González Orberá, secretaria general del Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Educación la Ciencia y el Deporte.
En el acto, fueron
entregadas las distinciones especiales de Profesor
Emérito y Profesor Consultante,
símbolos de una vida dedicada con excelencia a la Educación Superior.
Recibieron la
Orden Frank País de Primer Grado una decena de docentes, en reconocimiento a los
méritos acumulados a lo largo de más de 30 años de trayectoria laboral continuada.
Además, se otorgó
a una veintena de notables profesores la Medalla José Tey, por atesorar 25 o más años de trabajo mantenido en la
enseñanza.
Especial momento
se vivió con la concesión del Premio Universitario Tomás Romay y Chacón a la máster
en Ciencias Teresa Orosa Fraíz, con 50 años de trabajo y un aporte capital a la
dignificación del adulto mayor en la sociedad cubana.
A las doctoras en
Ciencias Margarita Rabelo y Helena Moros, se les reconoció como Profesoras
Eméritas, máxima distinción que se otorga a un docente universitario en el país.
La emotiva
ceremonia rindió homenaje a la labor del prestigioso
claustro universitario, al destacar la entrega, trayectoria laboral y
científica y el desempeño de algunos de sus más destacados académicos. (Milena
Céspedes Milán. Fotos de la autora)
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