Aunque todavía faltan unas horas para que se inicie el noveno mes del calendario, ya se hacen notar, entre preparativos de abuelas, padres y costureras, los inconfundibles olores a septiembre.
Y es que las vivencias que siempre trae esta hoja del almanaque, nos devuelven un entusiasta concierto de edades y tamaños diferentes, uniformando con alboroto y felicidad las calles de La Habana y del resto de las provincias de Cuba.
Cada año, cuando terminan las vacaciones, se disipa un sabor festivo, expresa un comentario publicado en Radio Reloj.
Septiembre siempre supone una salida desde puerto seguro hacia nuevas conquistas, una búsqueda de cómo obrar mejor, un motivo para cuestionarnos ciertas posturas, y para entretejer con sentido crítico una construcción colectiva que se inicia en la casa, se afianza en la familia y alcanza su cúspide en el aula, escenario clave en la concreción de ese principio martiano de ser cultos como único modo para ser libres.
Justamente a pocas horas de que se inicie un nuevo escolar, vale compartir algunas ideas que nos ayudan en el entender lo que nos corresponde hacer y seguir haciendo entre todos. Y es que enseñar es un ejercicio que va con su gente, en una hora precisa y no en otra, en una coordenada que es esta, y desde ahí ha de transformarse entonces aquello que sea necesario.
Todo acto que ampare al ser humano en su integridad debe conducir por caminos inteligibles, francos, actualizados y contemporáneos. De ese pródigo propósito de que la escuela se nos parezca, se desprende la inquietud por una educación sustentada en valores; pero valores que no se reciten como los productos del cinco.
Hay que potenciar la riqueza de la praxis; de eso que el propio alumno, por su experiencia y sus potencialidades de análisis, comprende y valora conscientemente. (Redacción Digital, con información de Radio Reloj. Imagen: ACN)
Constatan en La Habana preparativos del curso escolar2025-2026 (+ fotos, audio y post)