La expresión más visible es el tráfico ilegal de divisas en
diversas y nuevas modalidades, a partir de redes que afectan de manera directa
la política monetaria, fiscal y de precios del país.
El fenómeno, aunque no es nuevo, se ha complejizado al
articularse con estructuras transnacionales que combinan operadores en el
exterior y redes de cobro y distribución dentro de Cuba, explicó el teniente
coronel Yisnel Rivero Crespo, jefe del Departamento de Delitos Económicos del
Órgano de Instrucción del Ministerio del Interior.
En declaraciones a la prensa, Rivero Crespo recordó que las remesas han sido históricamente una fuente vital de divisas para la región y para Cuba.
Sin embargo, en el escenario actual “el país recibe menos
del 10% de lo que antes entraba”, debido a la política de persecución
financiera del Gobierno estadounidense y a nuevas modalidades delictivas que
retienen el dinero fuera de fronteras, convirtiéndose en complemento de la
primera.
Las personas reciben en Cuba el equivalente a lo que sus
allegados les envían en moneda nacional, pero los dólares no llegan al sistema
financiero: se quedan en el exterior para pagar importaciones o alimentar
esquemas ilícitos como el fomentado por una nueva figura, llamada "financista",
dijo Rivero Crespo.
Número de expediente 121/2025
En ese contexto se inserta el expediente de fase preparatoria 121/2025, que revela una estructura dirigida desde Estados Unidos por el ciudadano cubano Humberto Julio Mora Caballero.
De acuerdo con la información ofrecida, Mora Caballero
obtenía fondos de divisas en territorio norteamericano y, mediante una red de
testaferros, abrió más de 30 cuentas bancarias para mover el dinero y pagar a
proveedores.
Paralelamente, en Cuba estableció una base operativa en
Camagüey, donde un grupo de subordinados recolectaba semanalmente grandes sumas
de moneda nacional en efectivo provenientes de formas de gestión no estatal.
Esa recaudación viajaba desde La Habana y otras provincias
hacia Camagüey, para luego ser distribuida como remesas a las familias cubanas.
Ese dinero, que debía entrar al sistema bancario como parte
de los movimientos de las cuentas fiscales, permanecía en la calle para sostener
las operaciones delictivas.
De febrero a septiembre de 2025, la red operada por Mora
Caballero movió más de mil millones de pesos cubanos y alrededor de un cuarto
de millón de dólares estadounidenses.
"No es la primera vez que enfrentamos la estructura de
este ciudadano, que fue desarticulada en un primer momento en julio y
posteriormente en octubre de este año", afirmó Rivero Crespo y precisó que
más de una decena de implicados cumplen medidas cautelares mientras la
investigación avanza.
Cuatro actores no estatales vinculados a esta red están
siendo investigados, aunque no son los únicos con los que Mora Caballero mantuvo
relaciones financieras.
Repercusión en la economía
Las consecuencias de este tipo de operaciones se sienten a
escala nacional. Al no ingresar las divisas al sistema bancario, el Estado
pierde capacidad real para pagar importaciones esenciales.
Por su parte, el tráfico de grandes sumas de efectivo en
moneda nacional atenta contra la disponibilidad de efectivo en bancos y
cajeros.
Estos y otros fenómenos presionan al alza la tasa de cambio
ilegal que se impone como referencia para la formación de precios, con el
consiguiente encarecimiento de la vida.
Según el Minint, la tasa informal refleja no solo elementos
de la economía real, sino también procesos de subversión y manipulación asociados
a intereses externos.
Este tipo de redes prospera en un contexto donde la
persecución financiera de EE.UU. limita severamente las transacciones
internacionales del país.
"Estados Unidos no pierde nada con esto; al contrario,
le conviene. El dinero cubano queda circulando dentro de Cuba mientras las
divisas permanecen allá", señaló Rivero Crespo.
Comentó que, cuando se han informado estas operaciones a
las autoridades norteamericanas, la respuesta ha sido nula.
La política hacia Cuba –agregó– favorece este tipo de
distorsiones, como parte de una estrategia de guerra económica cuyo objetivo es
reducir al mínimo la entrada de divisas al Estado cubano.
Las autoridades advierten que hay otras estructuras con
funcionamiento similar al descrito en este caso, incluidas estafas en redes
sociales donde personas inescrupulosas se hacen pasar por financistas.
En todos los casos, se reproducen patrones comunes: uso de
testaferros en Cuba y Estados Unidos, grandes volúmenes de efectivo en moneda
nacional en Cuba, recaudación sistemática a actores no estatales, pagos
irregulares a proveedores extranjeros y el sostenimiento de remesas ilícitas
que nunca tocan el sistema bancario nacional.
Frente a este panorama, el país prepara nuevas acciones
institucionales que combinan control financiero, fortalecimiento de las
regulaciones, mayor supervisión tributaria y operativos de enfrentamiento
dirigidos prioritariamente a las estructuras de mayor peso económico.
"No se trata de arremeter contra las mipymes,
necesarias para el país, sino de cortar los flujos ilegales que afectan la
economía nacional", enfatizó el jefe del Departamento de Delitos
Económicos del Órgano de Instrucción del Minint.
La investigación sigue abierta y tendrá nuevos capítulos en
la medida en que se identifiquen otros operadores y conexiones internacionales.
El desafío para las autoridades es enfrentar este fenómeno
sin renunciar a la soberanía ni a los principios que sustentan el modelo
socioeconómico cubano.
https://rciudadhabanaoficial.blogspot.com/2025/11/cuba-expone-al-toque-por-actuar-en.html
(Fuente: Cubadebate - tomando del Portal del Ciudadano de La Habana)
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