Raquel Revuelta, el alma eterna del teatro cubano

Raquel Revuelta. Foto: PL

No cualquier actriz llega a interpretar y brillar tan alto en el personaje de Doña Bárbara como lo supo hacer Raquel Revuelta, de quien todo es elogios en el ámbito teatral cubano por su disciplina, responsabilidad como intérprete en ese arte, y amor a una familia de actores de la cual proviene esta figura recordada este 14 de noviembre, que marca el centenario de su natalicio.

Tampoco encarnar a esa primera Lucía de Humberto Solás, que pide, clama, grita: «una gardenia, una gardenia, dame una gardenia, mamá», y hace del sufrimiento algo denso, que se cuela en el pecho de quien la mira, reconoce la periodista Yailén Delgado Calvo.

Raquel Revuelta, que vino al mundo el 14 de noviembre de 1925 en La Habana, ciudad que la despidió el 24 de enero de 2004, fue también profesora de teatro, y su público la aplaudió en otros incontables papeles en la radio, la televisión, y cine y el teatro - su pasión- ahí está Doña Bárbara, ese personaje de Rómulo Gallegos que supo hacer muy suyo.

Fundadora en 1941 del Teatro Popular, a lo largo de 60 años de actividad profesional, Raquel Revuelta dirigió el grupo Teatro Estudio desde 1958 en que lo fundó hasta poco antes de su fallecimiento en La Habana el 24 de enero de 2004.

Mencionar a Teatro Estudio es referirse a Raquel, más aún, aludir a su apellido Revuelta por ser de estirpe imprescindible de la actuación en Cuba.

Al instituirse Teatro Estudio salieron a relucir varios de sus artistas fundadores, entre ellos, Sergio Corrieri y los hermanos Revuelta.

Una de las compañías de teatro más emblemáticas de Cuba surgió con el estreno de “Juana de Lorena” en 1956, de Maxwell Anderson, surgió uno de los grupos de teatro, según una adaptación del original realizada por Julio García Espinosa y Vicente Revuelta, y dirigida por este último.

La primera puesta en escena de Teatro Estudio fue “Viaje de un largo día hacia la noche”, de Eugene O’Neill en 1958, resultando todo un acontecimiento teatral con notable acogida del público, manteniéndose en escena durante varios meses.

Dicha obra obtuvo cuatro de los premios que anualmente concede la Asociación de Reporteros Teatrales y Cinematográficos (ARTYC): Mejor dirección, Mejores actuaciones femenina y masculina, y Mejor escenografía de 1958, además de ser considerada por la crítica como la experiencia teatral más fecunda y uno de los grandes momentos del teatro cubano del siglo XX.

En 1959 Teatro Estudio dio a conocer un Segundo Manifiesto en el que expresó el compromiso de realizar un teatro más militante que planteara los problemas de Cuba en esa época y la necesidad de tomar una posición social la cual permitiera plasmar en obras artísticas la nueva etapa en el país.

La compañía se instaló definitivamente a partir de ese momento (1964) en la Sala Hubert de Blanck.

Tras la Revolución la primera obra estrenada fue “El alma buena de Szechwan” (Der gute Mensch von Sezuan), de Bertolt Brecht, un verdadero suceso y el primer acercamiento a la obra del gran dramaturgo alemán.

El repertorio de Teatro Estudio fue de una calidad extraordinaria: piezas cubanas de autores esenciales y de jóvenes, significaron casi el 50 por ciento de su producción; el teatro clásico español y el teatro moderno.

Del teatro latinoamericano por ejemplo, obras de Argentina, Colombia, Chile y Perú; y autores de los países de Europa del Este, como Vladímir Mayakovski, Máximo Gorki y Brecht.

En el cine, Revuelta participó en “Lucía” (1968); “Un día de noviembre” (1972); “Aquella larga noche…” (1979); “Cecilia” (1982) y “Un hombre de éxito” (1985).

https://rciudadhabanaoficial.blogspot.com/2025/11/la-casa-de-bernarda-alba-inicio-de-lujo.html

(Con información de PL – Granma)

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