“Algo en América manda que despierte, y no duerma, el alma del país”, afirmó José Martí en su ensayo Nuestra América, que publicó en 1891.
El prócer cubano advirtió que
“estos tiempos no son para acostarse con el pañuelo en la cabeza, sino con las
armas en la almohada, como los varones de Juan de Castellanos: las armas del
juicio, que vencen a las otras”.
“La América ha de promover todo
lo que acerque a los pueblos y de abominar todo lo que los aparte”, proclamó en
aquel ensayo, en el cual llama a la unidad continental.
“Una idea enérgica, flameada a
tiempo ante el mundo, para, como la bandera mística del juicio final, a un
escuadrón de acorazados”, aseguró.
“Hay que andar con el mundo”,
comentó en el poeta y periodista cubano, quien destacó que la América es
“esencialmente necesaria al estudio de la ciencia nueva”.
“De América soy hijo; a ella me debo”, dijo Martí en una carta que escribió al amigo venezolano Fausto Teodoro de Aldrey, al finalizar su breve estancia en Venezuela. (Redacción digital. Con información de Señal ACN. Foto: Cubadebate)