Alexander López Durañona tiene 43 años y desde hace 21 se dedica a la cría de ganado menor, enfocado en la genética, en las afueras de la capital cubana.
"Es una herencia: la vieja nos crió a cinco hijos sin padre, y ella criaba este tipo de ganado, sobre todo, el ovino. Ya yo había fundado mi propia familia y nos dedicamos al caprino, inicialmente. Empezamos con la genética, con la raza Saneen y eso nos dio el pie forzado para investigar un poco más sobre el desarrollo genético de esta raza”, dice.
Les llamaba particularmente la atención que era una raza despigmentada, totalmente blanca desde el pelo, los cuernos y hasta los cascos, señala el experimentado criador.
“Empezamos a medir los parámetros, hicimos muchísimos experimentos e investigaciones, de forma autodidacta, con muchos apuntes”, dijo López Durañona durante visita de representantes del proyecto Autoabastecimiento Alimentario y Desarrollo de Iniciativas Económicas Sostenibles en La Habana (Hab.Ama), que cuenta con financiamiento de la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo (AICS).
En la finca que lleva su segundo apellido, el productor comentó acerca de detalles de la alimentación, el manejo y las enfermedades de los animales; estas últimas, responsables de que su rebaño haya mermado considerablemente en la última etapa, de 140 a 53 ejemplares, incluidas 32 hembras.
“Estamos contentos con los resultados, aunque entraña mucho sacrificio, generalmente el productor no tiene ni sábado ni domingo, ni 31 de diciembre, ni primero de enero, es a todas horas”, explicó López Durañona a Roberto Giulioto, coordinador del proyecto Hab.Ama por la parte italiana; Barbara Demetrio, a cargo de la comunicación, además de a Bárbara González Rodríguez, coordinadora provincial del proyecto, y Mónica Piniella, del Instituto de Investigaciones en Fruticultura Tropical.
Para garantizar el alimento animal, López Durañona, quien trabaja con el apoyo de su familia, destina una hectárea a la siembra de titonia, morera, pero entre todas, prefiere el piñón lechoso. Además, en un platanal intercala con frutales en desarrollo.
Por sus resultados, la finca Durañona, con 4.16 hectáreas y otras cuatro recibidas en usufructo por concepto de ampliación, que proyecta poner a producir, ha obtenido diferentes categorías de excelencia que otorga el Grupo Nacional de Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar, así como también reconocimientos de la Asociación Cubana de Producción Animal (ACPA).
Hab.Ama en acción
El proyecto, que se enfoca en tres cadenas (hortalizas, frutas y carne de ganado menor) tiene como objetivo general incrementar la producción local y el acceso a alimentos sanos y diversificados mediante la implementación de una estrategia económicamente sostenible y resiliente en La Habana.
Como propósito específico, persigue fortalecer las capacidades locales para el autoabastecimiento alimentario y la creación de nuevas oportunidades económicas a través de la valorización de productos agroalimentarios locales y de valor agregado en cincos municipios: La Habana del Este, Guanabacoa, Cotorro, Arroyo Naranjo y Boyeros.
Para ello, esta iniciativa trabaja no solo en la capacitación y en proveer equipamientos e insumos, sino que también se empeña en desarrollar capacidades productivas en las cooperativas y entidades prestadoras de servicios, promover hábitos de consumo saludables, mejorar la comercialización e implementar iniciativas dirigidas a fortalecer la equidad de género y generacional.
En el caso del ganado menor, Hab.Ama buscsa el mejoramiento de las capacidades tecnológicas para la producción y conservación de alimento animal, a partir de la adquisición de implementos agrícolas, maquinaria, uso de tecnologías de riego y bombas de agua con paneles fotovoltaicos, equipos para la fumigación y alambres para el acuartonamiento.
En aras de mejorar el flujo zootécnico en las especies menores, evalúa la adquisición de techos para naves ganaderas, equipamientos, sistemas con paneles solares y molinos a vientos para el abasto de agua y jaulas de conejos, entre otros.
Durañona y Hab.Ama
“Como cubanos, como capitalinos, estamos más que contentos y agradecidos, y aún más por el momento crítico en que llega ese proyecto a nosotros, dada la situación que atraviesa nuestro país, en la que quizás nosotros los productores no podíamos ni siquiera obtener recursos ni de fabricación nacional”, dijo el también presidente de la Sociedad Cubana de Pequeños Rumiantes, de la ACPA.
Además de talleres, capacitaciones y encuentros, Hab.Ama nos ha dado la oportunidad de tener una ayuda en un momento crítico y nos ha identificado como productores líderes, nos ha reagrupado, nos ha dado la posibilidad de conocernos entre nosotros, destacó.
Como otro de los participantes del proyecto, Durañona ha recibido mochilas de fumigación, aspersores, una ayuda directa al productor, sin que medie nadie “y, aunque no se ha logrado todo lo que pretendía Hab.Ama, estamos en contacto permanente, intercambiamos en el grupo Whatsapp creado para el proyecto, tenemos otros talleres y vamos viendo qué necesitamos”, apuntó.
Para crecer en ganado, consideró el experimentado ganadero, hay que crecer en estructura. Una de las cosas principales es la cubierta, y esperamos que entre al país, de la mano de Hab.Ama, junto a otros insumos, que facilitarán el trabajo y la vida de los agricultores.
(Tribuna de La Habana)