A las fincas Media Luna y 7 de Octubre les han llegado regalos de fin de año. No son los típicos de la fecha, pero para el productor Libaldo Díaz Casas, de la cooperativa de créditos y servicios Gabriel Valiente, no los hay mejores: jaulas para conejos, un molino forrajero, alambre de púa, malla, vagones y herramientas para las labores agrícolas.
Los de la finca Vista Hermosa también fueron escogidos a la medida. Según la médica veterinaria Damaris Reloba Vento, responsable de la elaboración, calidad e inocuidad de los quesos, su lista de deseos –y necesidades-, ha tenido respuesta: un biogenerador, una cámara de mantenimiento para el estacionamiento del producto y un transporte refrigerado.
“Vamos a tener la posibilidad de aumentar nuestros niveles de producción, diversificar los productos, con el objetivo de brindar productos a la población y sustituir importaciones”, dijo.
Se trata de los primeros recursos que reciben productores, cooperativas y empresas del proyecto Autoabastecimiento Alimentario y Desarrollo de iniciativas Económicas Sostenibles en la Habana (HAB.AMA), que cuenta con financiamiento de la Agencia Italiana de Cooperación al Desarrollo (AICS).
Agricultura, sector prioritario
Para Italia y la cooperación italiana, dijo el embajador del país europeo en Cuba, Roberto Vellano, el sector de la agricultura es prioritario y a él destinamos más de la mitad de los recursos totales dirigidos a la colaboración bilateral entre Cuba Italia.
“En este momento complejo, es la agricultura sostenible, enfocada a la agroecología, algo fundamental para mejorar las condiciones del mercado, mejorar el abastecimiento en la provincia de La Habana y en el resto del país también”, dijo el diplomático en un encuentro para visibilizar la materialización de las adquisiciones y entregas de tecnologías e insumos a partir del financiamiento de 5,4 millones de euros.
Este programa, agregó, trabaja en cinco municipios de provincia de La Habana y con muchas empresas, cooperativas, productores para hacer muchas cosas, en general, mejorar la calidad y cantidad y eso se consigue a través de facilitar insumos, herramientas, investigación científica para mejorar los cultivos y de promover transformaciones en una agricultura orientada a mayor eficiencia, sostenibilidad y resiliencia.
Según Vellano, eso significa promover modelos agroecológicos, fortalecer el encadenamiento productivo y crear nuevas oportunidades económicas.
“Es un conjunto de actividades y el objetivo final es que lleguen más productos a los mercados y que todas las familias de estos municipios y de los productores puedan beneficiarse de esta mejora.”
Para Antonio Ferra, director de la AICS, con esa entrega, “estamos viendo el arduo trabajo de planificación y realización de licitaciones para la adquisición de equipamiento y materiales indispensables para mejorar la capacidad productiva de las empresas y cooperativas agropecuarias de La Habana”, que representa un gran desafío para la agencia de cooperación. Según dijo, se han hecho contratos por un monto superior al millón de euros y licitaciones por más de dos millones.
“Nuestro acompañamiento como agencia italiana no se limita al aporte de equipamiento y materiales, nuestro interés y esfuerzo es poder acompañar procesos de desarrollo económicos y sociales que promuevan la transformación a partir de la organización de los recursos locales y el fortalecimiento de las estrategias de desarrollo municipales, o sea, fortalecer la capacidad de los municipios cubanos de dotarse de herramientas e instrumentos para establecer su propio camino hacia un desarrollo sostenible”, precisó.
Antecedentes
Esmeregildo Martínez, director de la Empresa Agropecuaria Bacuranao compartió recuerdos de cómo se gestó el proyecto, a partir de las necesidades de fortalecer con tecnología el escenario productivo de la capital, en el anillo productivo para producir más alimentos y evitar el trasiego desde lugares lejanos hacia la ciudad.
Según dijo, la idea tuvo antecedentes las acciones desarrolladas con contrapartes italianas desde 2012 con el Grupo Agroforestal y otros procesos en la agricultura con la cooperación y el gobierno italianos. Martínez destacó la agilidad para la materialización del proyecto: “todo el mundo asumió la idea y comenzó un proceso para beneplácito de los productores de La Habana. Es un proyecto ambicioso, y uno de los que más aporte económico tiene en el país, que encadena y cierra el ciclo desde la parte productiva hasta agregar valor a las producciones”.
En camino
HAB.AMA se implementa entre la propia agencia italiana de colaboración con el Ministerio de Agricultura y con el Instituto de Fruticultura como actor clave del sistema de la agricultura en el país, explicó Carlos Lopetegui, su coordinador por la parte cubana.
Como su nombre lo indica, dijo, está destinado al autoabastecimiento alimentario municipal y al desarrollo de iniciativas económicas sostenibles en La Habana a implementarse en cinco municipios de la periferia de la capital: La Habana del Este, Guanabacoa, Cotorro, Arroyo Naranjo y Boyeros.
“Su propósito fundamental es contribuir con el autoabastecimiento de alimentos sostenibles, sanos, nutritivos y diversificados para la población de estos cinco municipios y aportes al resto de la capital.
Además, a partir agregarles valor a los productos locales, se propone acceder al mercado en moneda libremente convertible de manera que se garantice la sostenibilidad de las acciones y, a su vez, promover vínculos comerciales entre empresas italianas y cubanas para potenciar posibles exportaciones hacia Italia”.
A juicio de Lopetegui, HAB.AMA, de importancia de vital, se inició paralelo al proceso de construcción de lo que es hoy la Ley de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional, recientemente aprobada y en fase de implementación.
“En este sentido, viene contribuyendo con los gobiernos locales a la territorialización de esta ley y se enfocará en apoyar el proceso de análisis de la relación entre la demanda de producción de alimentos en los cinco municipios con las capacidades potenciales para hacerlo a partir de la implementación de este proyecto”, señaló.
HAB.AMA interviene en tres cadenas de valor, atendiendo a su importancia y a la potencialidad que tiene la capital para este tipo de producción: hortalizas, de frutales y de ganado menor -las especies ovino-caprino y cunícola.
Según explicó Roberto Giulioto, coordinador del proyecto por la parte italiana, el plan de adquisiciones es un componente importante del proyecto porque la tecnología, los insumos y las herramientas previstas van a fortalecer los procesos de la estrategia para alcanzar los resultados que HAB.AMA prevé en términos de producción para un mayor acceso y disponibilidad de alimentos en los cinco municipios de La Habana.
El proyecto viene ejecutándose desde la pandemia con muchas restricciones y dificultades coyunturales que han determinado un cierto nivel de atraso con respecto al plan de ejecución. Sin embargo, como proyecto, hemos logrado poner en marcha una estrategia con los productores, las diferentes empresas y cooperativas que nos permitiera identificar la demanda en términos de tecnología y realizar los procesos de licitación para que estos pudieran llegar a Cuba.
“A pesar de las limitaciones relacionadas con el mercado global, la crisis económica, el bloqueo y las restricciones financieras, finalmente los primeros productos contratados han llegado al país y el proyecto está caminando, alcanzado los resultados esperados y confiamos también que continúen llegando, toda vez que ya se han firmado contratos por 2 400 000 y la mercancía está en camino”, dijo.
Para Giulioto, esta tecnología y estas herramientas a disposición del proyecto van a apoyar el resto de las acciones sustantivas previstas en la estrategia y lograr los objetivos trazados.
Ailin Cairo, delegada de la agricultura en la capital, agradeció a la contraparte italiana su contribución y destacó que aunque el proyecto se enfoca en cinco municipios, “sin dudas va a beneficiar a los 15 territorios de La Habana”. (Tribuna de La Habana)