Esta premisa humanista se sigue ratificando, una y otra vez, y así lo demuestra el anuncio reciente del proyecto de vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), que lidera el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC), junto a otras entidades del grupo empresarial BioCubaFarma.
«Más allá de la importancia que podría tener para la institución, es una oportunidad de poder contribuir a la solución de un problema de salud, como lo es la transmisión del VPH, que constituye causa de aparición de tumores en la mujer», resaltó el doctor en Ciencias Julio Alfonso Rubí, director general del CNIC.
De acuerdo con información de ese centro, el cáncer cervicouterino –ocasionado por la infección persistente de un grupo de VPH de alto riesgo oncogénico– es una de las principales causas de muerte en las mujeres.
Existen más de 240 tipos diferentes de VPH, de los cuales 15 están relacionados con el cáncer de cuello uterino, y otros menos comunes como el de vagina, vulva, ano, pene y orofaríngeo.
Entre los más peligrosos están los genotipos 16 y 18, que se relacionan en un 70 % con las lesiones preneoplásicas e invasoras de cáncer de cuello uterino a nivel global.
En Cuba, el cáncer cervicouterino constituye la quinta causa de muerte en la mujer, y la segunda, específicamente, entre 15 y 44 años de edad. Estudios para la identificación del VPH en diferentes grupos poblacionales, realizados por investigadores del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí y otras entidades médicas cubanas como el Hospital Clínico Quirúrgico Hermanos Ameijeiras, han evidenciado una elevada frecuencia de la infección por genotipos de VPH de alto riesgo oncogénico en mujeres cubanas, aun cuando presentaran una citología normal.
Precisamente, los genotipos 16 y 18 se han encontrado entre los de mayor frecuencia en muestras de cáncer cervical en mujeres cubanas.
Ante la incidencia y el riesgo de esta enfermedad, la Organización Mundial de la Salud propuso una estrategia global para eliminarla como problema de Salud Pública para el decenio 2021-2030, que incluye vacunar contra el VPH al 90 % de las niñas menores de 15 años, antes de 2030.
En el mundo existen al menos cinco vacunas contra el VPH que están precalificadas; sin embargo, señaló el doctor Alfonso Rubí, los precios de estas vacunas –generalmente patentadas por grandes compañías– no son accesibles hoy a las posibilidades económicas de nuestro país.
Como alternativa y respuesta a la urgencia sanitaria, destacó el directivo, desde mediados de 2019 se iniciaron las investigaciones para el desarrollo de una vacuna cubana contra el VPH, que avanza, con resultados alentadores, a convertirse en candidato vacunal.
¿EN QUÉ FASE SE ENCUENTRA EL PROYECTO DE VACUNA CONTRA EL VPH?
Karen Marrero Domínguez, investigadora del CNIC a cargo del proyecto, especificó que la propuesta está dirigida a la obtención de un candidato vacunal bivalente contra la infección de los VPH en sus genotipos 16 y 18.
El candidato vacunal en desarrollo, agregó, está diseñado como una vacuna de subunidades, y emplea como antígeno la proteína mayoritaria de la envoltura de los VPH 16 y 18, denominada l1.
«Esta proteína, cuando se produce en sistemas recombinantes, tiene la propiedad de autoensamblarse en partículas, que se parecen morfológica e inmunogénicamente a las envolturas del propio virus. Por eso es que se denominan partículas similares a virus», detalló.
Precisó la investigadora que todas las vacunas desarrolladas hasta la fecha emplean estas nanoestructuras como ingrediente activo, y han demostrado que son capaces de inducir una respuesta inmune que protege, una vez que se inmuniza, contra la infección por estos virus.
Asimismo, dijo, los inmunógenos aprobados hasta la fecha incluyen la protección contra los genotipos 16 y 18, que, en conjunto, son los responsables del 70 % del desarrollo del cáncer cervicouterino, razón por la cual el proyecto cubano también los emplea.
Marrero Domínguez explicó que el proyecto se ha dividido en tres etapas. La primera constituye el desarrollo y obtención de los sistemas de producción; en nuestro caso se emplea la bacteria Escherichia Coli como hospedero, y el establecimiento de las condiciones de purificación de las proteínas, y posteriormente el ensamblaje de estas partículas similares a virus, a partir de las proteínas purificadas.
"Ya están los antígenos a nivel de laboratorio estructuralmente correctos. ¿Qué nos está faltando hoy? Hacer la evaluación inmunogénica, es decir, de la capacidad que tienen estas estructuras de inducir esas respuestas en modelos animales", añadió la especialista.
Como segunda etapa del proyecto, puntualizó, corresponde adaptar el proceso de obtención de estas partículas, que se han desarrollado en el laboratorio, a una escala mayor, para lo cual se trabajará con el Centro Nacional de Biopreparados, a fin de obtener cantidades mayores de estos antígenos, que permitan el desarrollo del candidato vacunal como tal, en una formulación lista para ensayo.
"Nuestro propósito –significó Marrero Domínguez– es bastante ambicioso, y es contar, antes de que termine el año, con un candidato vacunal formulado, listo para comenzar la evaluación en modelos animales, en cuanto a toxicología y respuesta inmune".
Al respecto, el doctor Alfonso Rubí destacó que, hasta el momento, se han obtenido resultados que han permitido llegar a este punto de informar oficialmente sobre el desarrollo de un proyecto con altas posibilidades de éxito.
Sobre la importancia de una futura vacuna, el Director General del CNIC afirmó que es una oportunidad de proteger a nuestra población femenina en lo fundamental, ante un problema de salud como lo es el cáncer cervicouterino y otras lesiones asociadas a la infección del VPH.
A su vez, subrayó que la meta, aunque ambiciosa, es llegar a vacunar a la población femenina, entre nueve y 15 años de edad, para el año 2030.
CUESTIÓN TAMBIÉN DE SOBERANÍA
"El proyecto de vacuna contra el VPH va más allá de enfrentar un problema de salud; tener la vacuna en la mano y ser nosotros los productores es una cuestión también de seguridad y soberanía", sentenció el doctor Alfonso Rubí.
Recordó el directivo que, en circunstancias difíciles como las que estamos viviendo, no podemos contar con ningún suministrador, ni con las posibilidades de pago de ninguna vacuna, por lo que lo mejor es tener una propia.
Fue precisamente el CNIC la primera institución multidisciplinaria, dedicada a las investigaciones biomédicas y científicas, creada por la Revolución el 1ro. de julio de 1965; y, además, precursor del desarrollo de la actual industria biofarmacéutica cubana.
Precisó su Director General que el CNIC desarrolla una amplia actividad investigativa basada, fundamentalmente, en la obtención de productos de origen natural, además de la mejora de equipos para el diagnóstico microbiológico rápido y proyectos asociados a los temas de diagnóstico de corrosión ambiental y la elaboración de productos ozonizados.
El proyecto de vacuna contra el VPH corresponde a la línea de investigación y desarrollo de productos biológicos, en la cual se establecen los procesos de obtención de antígenos para el desarrollo de candidatos vacunales contra enfermedades infecciosas.