Es difícil recorrer el emblemático malecón de La Habana sin fijarse en unas imponentes gradas frente al mar, un estadio con maravilloso potencial en una zona tan céntrica, pero depauperado.
Sin embargo, más allá de la externa destrucción que se aprecia a simple vista, asoma el resurgir de un coloso.
Bordeamos el extenso muro perimetral, nos adentramos en el estadio, a cada paso crece la magnitud de las estructuras, del deterioro y la complejidad de la solución.
Subimos cuidadosamente las escaleras hacia las gradas y, en medio de una verdadera selva de metal, entre intrincados armazones de altísimos andamiajes, encontramos al hombre al frente de las dificultosas faenas.
“Afrontamos la reconstrucción total de las
gradas. Cada una de las partes del proceso, demolición, encofrado, fundición,
implica diversas complejidades”, enfatiza a la Agencia Cubana de Noticias Juan
Díaz Garay, jefe de brigada del Contingente Blas Roca.
La instalación ha sufrido mucho tiempo de deterioro, sin embargo ya se nota el avance. Utilizamos acero con las medidas requeridas y respetamos el diseño original de esta emblemática construcción de la década de 1940, comenta Díaz.
Usamos hormigón muy resistente, aquí todo es complejo: la estructura resulta difícil de trabajar y la disponibilidad de materiales no es la idónea, pero con el esfuerzo de los constructores y el apoyo del Gobierno seguimos adelante, destacó Díaz Garay.
Yuriel Correoso Castañeda, director de la entidad, nombrada Centro Deportivo Comunitario José Martí, señaló que lo principal en estos momentos apunta a la reparación de esas gradas, correspondientes al área del campo y pista (atletismo).
No es fácil la tarea. La cercanía al mar
afecta mucho; por ejemplo, hemos tenido que repintar en áreas bajo techo, pero
ya se han terminado, subrayó Correoso.
El conocido como Parque Martí ya cuenta con gimnasio y locales para la lucha, tenis de mesa, boxeo, judo, esgrima, levantamiento de pesas y defensa personal y grada interior con cancha para balonmano y fútbol sala, así como enfermería, áreas de administración y salón de reuniones.
A través de canchas, gradas y pasillos renovados se aprecia el tránsito de personas con ropa deportiva. Nos adentramos hasta el gimnasio particular “Quinta y H”, donde su dueño, Arlen de Arce, resalta que no es ajeno a lo que acontece en el resto de la instalación, de la cual se reconoce como parte y a la que agradece el espacio.
Según Correoso, también se practica diariamente desde las dos de la tarde lucha, tenis de mesa, pesas, judo, voleibol, atletismo y fútbol en categorías pioneriles y escolares, con niños provenientes de 10 centros de estudio del municipio Plaza de la Revolución.
En el exterior, que cuenta con canchas de baloncesto, voleibol, balonmano y otras, así como tres piscinas, quedan ingentes labores.
Hay que concluir el acondicionamiento del terreno, dice Correoso, pero ya se entrena atletismo y fútbol.
Ania María Leyva Ramos, directora municipal de Deportes en Plaza de la Revolución, resalta la vitalidad del deporte popular. Todos los fines de semana equipos de barrio juegan fútbol, y profesores de educación física también lo usan.
Aunque en la restauración son prioridad las áreas bajo techo, la recogida de escombros ha posibilitado el acceso, así, se ejercitan trabajadores de entidades cercanas como el Ministerio de Relaciones Exteriores y se efectúan actividades de la zona de defensa y del calendario deportivo.
Concluir las áreas bajo techo primero, por objetos de obra, de forma que ya sean útiles los espacios antes de la terminación total, es más que un plan en el parque Martí, constituye una realidad palpable, gracias a los hacedores de un encomiable esfuerzo en pos del deporte, la salud y el esparcimiento. (ACN)