Un significativo aporte a las economías locales, como fincas agroecológicas integrales para el desarrollo territorial, se constata en la aplicación del Proyecto de Apoyo para una Agricultura Sostenible (Paas) en Cuba.
Este abarca hoy 11 provincias con 34 unidades productivas beneficiadas,
incluidas tres en La Habana, las cuales asumen indistintamente cadenas de
valores relacionadas con los cultivos de hortalizas, frutales y viandas, además
de con la cría de ganado mayor y la producción de miel de abejas, entre otras.
La iniciativa se implementa desde
2013, patrocinada por la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales (Actaf),
para el acompañamiento a las políticas del Ministerio de la Agricultura y en
consonancia con los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido (Comunista
de Cuba) y la Revolución.
También coauspician el proyecto el Instituto Humanístico
para la Cooperación al Desarrollo (Hivos), de Países Bajos, y la Agencia Suiza
para el Desarrollo y la Cooperación.
Un ejemplo de tales prácticas
sostenibles para la producción diversificada de alimentos, con alrededor de
seis hectáreas, lo constituye la Finca Agroecológica La Burgambilia, ubicada en
la localidad de Caimito, en la provincia de Artemisa, dedicada esencialmente a la
producción de hortalizas.
El ingeniero Elieser Perera Concepción, especialista de Monitoreo y Seguimiento
del proyecto por la Actaf, destacó los aportes de esta iniciativa, enfocada hacia
la economía circular, con el máximo aprovechamiento y protección de los
recursos naturales, teniendo como eje principal al productor.
Ing. Elieser Perera Concepción, especialista de Monitoreo y Seguimiento del proyecto por la Actaf. |
En encuentro con medios de
comunicación, el ejecutivo resaltó que otra arista importante del proyecto es
la capacitación, vista como gestión abarcadora del conocimiento y con enfoque
de género, con mayor acceso de la mujer y cambio de roles frente al campo.
Significó el concepto gerencial del productor como gestor de todos los procesos (sin intermediarios comercializadores), las prácticas conservacionistas, entre otras.
El productor Alexander Quesada Orta, jefe de finca, adscrita a la Cooperativa de Créditos y Servicios Jesús Menéndez, recordó que en 17 años su entidad -con tierras muy degradadas- fructificó a partir de la gradual introducción de la ciencia y la innovación tecnológica con bases propias de desarrollo.
Alexander Quesada Orta, jefe de finca. Foto: Alberto Riesgo Vázquez. |
Hoy puede constatarse la siembra en terrazas e intercalada de diferentes especies, siete casas de cultivo protegido para la obtención de pepinos y pimientos de alta calidad con destino a un punto de venta local, otros destinos sociales y la exportación.
En este “paraíso agrícola”, se
desarrollan subprogramas en pequeña escala, como el apícola, con la abeja melipona;
la cunicultura, la cría de cuyes y de ganado menor; la acuicultura y la
utilización de paneles solares, a partir del constante apoyo y asesoramiento de
Pass.
Paneles solares y casas de cultivo protegido. Fotos: Alberto Riesgo Vázquez. |
Aquí se incursiona hoy en un nuevo subprograma, el forestal, así como también en el de minindustria, para lo cual dependen de apoyo para adquirir un transformador trifásico y emprender este empeño para incrementar las producciones destinadas al autoabastecimiento y los demás destinos habituales.
Otro eje vital en el desarrollo
de fincas integrales agroecológicas lo constituye la permanente vinculación con
institutos y universidades para la aplicación de resultados científicos.
Yusley Contreras Pérez,
especialista principal de Desarrollo del Grupo Agroindustrial del Ministerio de
la Agricultura, argumentó sobre el vínculo de la finca con el Instituto de Investigaciones Hortícolas Liliana Dimitrova.
Yusley Contreras Pérez, especialista principal de Desarrollo del Grupo Agroindustrial del Ministerio de la Agricultura. Foto: Alberto Riesgo Vázquez. |
Muchas de las semillas hortícolas certificadas
de variedades de alto valor genético se validan en la finca, referente de esta
integración con los centros científicos, como “Dimitrova”, puntualizó.
Miguel Ángel González, de 17 años
de edad, estimó que es un orgullo seguir a la familia y conocer los cuidados en
las casas de los cultivos protegidos, como el de pimiento.
Productor Miguel Ángel González. Foto: Alberto Riesgo Vázquez. |
Arnaldo C. Zambrana, pescador pinareño retirado, expresó satisfacción como productor.
En la parte superior izquierda, el también productor Arnaldo C. Zambrana. Fotos: Alberto Riesgo Vázquez. |
Acerca de las prácticas agrícolas,
consideró:
“No hacemos nada con sembrar y sembrar. Hay
que cuidar el cultivo, saberlo guataquear para que produzca bien. Aquí he aprendido
mucho de técnicas, y me siento bien”.
La aplicación del Paas revela cuánto más queda por hacer, cambiar mentalidades, romper esquemas que hoy frenan la producción, entre tantas vertientes para lograr verdaderas bases sustentables económico-sociales hacia la tan requerida soberanía alimentaria. (Alberto Riesgo Vázquez)