Los retos más importantes del Sur global estarán en los debates de la Cumbre del Grupo de los 77 y China, que tendrá lugar los próximos días 15 y 16 en La Habana.
La mayor Isla de las
Antillas acoge la cita en su condición de presidenta pro tempore de ese mecanismo intergubernamental compuesto por 134
países de América Latina, África y el sur de Asia, al cual se integró en 1971.
Aunque la ciencia, la tecnología y la innovación para el
desarrollo sostenible será el tema central de la cita, esta analizará reclamos
históricos del mundo pobre, vigentes en el difícil contexto internacional, del
que afloran otros retos, comenta hoy Radio Reloj.
Ello permite esperar de la cita una declaración política
enfocada, también, hacia acciones prácticas, en un momento en que la
solidaridad y la cooperación constituyen condiciones ineludibles en los nexos
Sur-Sur, y ante la ausencia de relaciones justas con el Norte.
El cese de la política de sanciones con que Occidente quiere
seguir imponiendo sus designios, también constituye una demanda insoslayable,
puntualiza aquella emisora nacional.
La fuente considera que
la Cumbre de La Habana deberá potenciar la voz fuerte de los 134 países
pertenecientes al Grupo de los 77 y China.
Sus posturas están avaladas por esa numerosa presencia de naciones
y por las convicciones que ha hecho valer ante la ONU y otros importantes foros
internacionales.
El Grupo de los 77 se creó en 1964, al abrigo del Movimiento
de los Países No Alineados, al finalizar la primera sesión de la Conferencia de
las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, en Ginebra, Suiza.
En un principio, integraban el bloque 77 países, de ahí el
nombre de un conglomerado al que siguieron sumándose naciones hasta quedar
compuesto por los 134 de la actualidad, lo que hace que este mecanismo sea “el
grupo concertado más grande y diverso en el ámbito multilateral”, subraya el
sitio web del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba.
Su trayectoria ha
estado marcada por la búsqueda de un mundo menos desigual y más justo donde
quede cerrada la enorme brecha existente entre países ricos y pobres, obstáculo
para el desarrollo de las naciones emergentes.
Pero, para lograrlo, resultará indispensable profundizar la
unidad que ha mantenido vivo al grupo durante casi 70.
La Cumbre de La Habana constituye una oportunidad para trabajar en tal sentido y por la acción decidida de los países del Sur, condición imprescindible para afrontar los retos presentes y futuros, subraya Radio Reloj. (Redacción digital)