Mientras la poderosa maquinaria subversiva occidental intentó
deslegitimar el derecho de 134 países a reunirse en La Habana bajo el esquema
de la Cumbre del Grupo de los 67 (G77) y China, utilizando líneas de mensajes
capciosos en los medios hegemónicos, en la capital cubana se ultimaron los
detalles para el histórico acontecimiento.
Con toda la
complejidad del hecho, la cita representó para Cuba un acto de seriedad y
responsabilidad, comenta la emisora nacional Radio Reloj.
La esencia del cónclave era imposible de ocultar bajo las condiciones en
las que vive el mundo.
Por ello se realizó un minucioso trabajo, para que el esperado encuentro se
efectuara en el Palacio de Convenciones de La Habana, bajo el tema: Retos actuales del desarrollo: papel de la
Ciencia, la Tecnología y la Innovación.
No pudieron deslegitimar el encuentro
El verdadero dolor de cabeza de las potencias occidentales resultó del
peligro que representó que los países pobres y en desarrollo se reunieran para
pensar en un futuro de ciencia, tecnología e innovación, que contribuyera a
resolver los problemas del 80 por ciento de la población mundial.
Que sucediera
en Cuba —una nación que, a su juicio, ya debía estar de rodillas— fue
doblemente peligroso porque, cuando se habla de ciencia, en relación con la
Isla, de inmediato vienen a la mente sus éxitos ante la pandemia de COVID-19 y
otras demandas en materia de biotecnología, que constituyen avances trascendentales en el primer cuarto del siglo XXI.
A la Cumbre del G77 y China se llegó con asuntos pendientes de ediciones
anteriores, por lo que en La Habana se asumieron y analizaron durante dos días
una serie de retos y desafíos.
Retos y
desafíos
Promover el desarrollo sostenible y abordar la persistente pobreza en
muchos países miembros del Grupo implican diseñar políticas efectivas para
impulsar el crecimiento económico inclusivo, mejorar las condiciones de vida y
avanzar hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
También significan
garantizar una distribución equitativa y el acceso igualitario a la educación,
la salud y otros servicios, con plena consciencia del cambio climático, bajo
esquemas responsables que permitan un comercio justo, sustentado en la
cooperación y la solidaridad, complementan los desafíos más relevantes.
Lo cierto es que, después de esta Cumbre en La Habana, están planteados
nuevos proyectos y compromisos, ahora con enfoques científicos, tecnológicos y
de innovación.
Obviamente, el éxito pone los pelos de punta a quienes siguen creyéndose patrones del universo. (Redacción digital. con Información de Radio Reloj)