El Pleno de la Academia de Historia de Cuba, en su más reciente reunión ordinaria, acordó por unanimidad emitir una declaración condenatoria de la masacre que comete Israel en la Franja de Gaza.
Por su importancia,
Radio Ciudad de La Habana reproduce íntegramente el texto:
El sorpresivo ataque de Hamás a Israel
desde Gaza el pasado 7 de octubre ha abierto una nueva etapa de justas
reivindicaciones en el conflicto israelo-palestino que, aparte de sus profundas
raíces históricas, es un fenómeno gestado en el siglo XX. La exportación de la cuestión judía europea como
proyecto nacional sionista a una Palestina árabe ajena a esas circunstancias,
el colonialismo británico con su mandato, la decisión de la Asamblea General de
la ONU de dividir Palestina sin que se garantizara la creación del Estado
Palestino junto al de Israel, el padrinazgo incondicional de Estados Unidos a
Tel Aviv, junto a la Nakba o catástrofe que ha significado para la población
árabe el resultado desfavorable derivado de las guerras de expansión de Israel,
han conducido sucesivamente a la tragedia actual.
Bajo el argumento de la muerte de mil 200
personas y el secuestro de más de 200 rehenes, en su mayoría civiles israelíes
por cuenta de la organización islamista que gobierna en la milenaria franja, el
gobierno derechista de Benjamín Netanyahu ha desatado contra Gaza una
indiscriminada y desproporcionada operación de castigo colectivo que, más allá de la declarada intención de
destruir a Hamás, ha conducido a la masacre, hasta el momento, de más de 12 mil
palestinos en su mayoría civiles, cifra que incluye a más de tres mil niños, en
lo que constituye un crimen contra la humanidad que no puede ser tolerado ni
disculpado.
Nos unimos a
la ola mundial de rechazo contra los bombardeos sobre la superpoblada y cercada
masa de los habitantes de Gaza, sus hospitales, escuelas y campos de
refugiados, que no deben ser justificados bajo ningún pretexto y constituyen
crímenes de guerra. Ante el terror que ha llevado al desplazamiento forzado de
la población de Gaza del norte al sur de ese territorio, en dirección a la
frontera con Egipto, debe negarse toda posibilidad de que se repita el “Plan
Dalet” que en la primavera de 1948 obligó mediante un terror similar a la
expatriación sin retorno posible de centenares de miles de palestinos para
beneficio de la continuación de la colonización hebrea.
El cese al fuego, impedido por el veto
reiterado de Washington en el Consejo de Seguridad de la ONU, es un imperativo
cuya demora solo redunda en el aumento diario de la cifra de muertos en esta
guerra. Condenamos todo tipo de acto bélico que implique el asesinato de
civiles inocentes, como es el caso. Es imposible negar la política de asentamientos coloniales, despojo,
represión y discriminación que han mantenido las autoridades de Israel desde
1967 en los territorios árabes ocupados, incumpliendo todos los acuerdos y
compromisos contraídos al respecto.
En el plano
nacional compartimos la ansiedad de las comunidades árabe y hebrea integradas
al etnos cubano ante los terribles hechos que afectan en estos momentos a sus
hermanos en el Medio Oriente. Nos pronunciamos, ahora y siempre, contra toda
manifestación de islamofobia o antisemitismo, que son ajenos a nuestra
idiosincrasia.
Seguimos con
atención los resultados que puedan derivarse de la reciente cumbre de países
árabes e islámicos en Arabia Saudí, en representación de 2 000 millones de
fieles, sobre la matanza en Gaza. Llamamos a evitar una extensión de la guerra
a una dimensión regional que pueda derivar en mundial. Destacamos que el
gobierno de Benjamín Netanyahu no representa a toda la población de Israel y
aún menos a la comunidad judía mundial de 15 millones de miembros. No
sorprende, por lo tanto, la condena de muchos judíos en el mundo y, en
especial, en Estados Unidos, a lo que está sucediendo en Gaza, particularmente
en las universidades norteamericanas.
Llamamos a la unidad del pueblo
palestino en este crítico momento y hacemos llegar nuestra solidaridad a la
embajada del gobierno de Palestina que Cuba reconoce desde 1988 como único y
legitimo representante de su pueblo. Consideramos impracticable y holocáustico la pretensión de destruir a
Palestina o a Israel, comprometidos al reconocimiento mutuos desde los acuerdos
de 1993.
En resumen, nos identificamos con los pronunciamientos de la cancillería de Cuba que considera como única solución viable y duradera para el logro de la paz el reconocimiento, sobre el disputado territorio, de ambos estados, el de Palestina y el de Israel, en cumplimiento de los acuerdos internacionales de 1947 a la fecha. (Redacción digital)