Leonardo Acosta, un inolvidable de la cultura cubana

 

Leonardo Acosta, un inolvidable de la cultura cubana

Yo no tuve el placer de conocer a Leonardo Acosta, pero sin duda milito en las filas de quienes le agradecerán eternamente lo mucho que hizo en Cuba por el jazz, esa música de la que Alejo Carpentier sostuvo siempre que quienes no eran capaces de disfrutarla tenían mala sensibilidad y peor oído, criterio que suscribo con fervor.

Nació en La Habana el 25 de agosto de 1933. Fue escritor, periodista, investigador, saxofonista y musicólogo. Venía de un linaje de artistas, pues fue hijo del pintor José Manuel Acosta y sobrino del poeta Agustín Acosta. De 1949 a  1958 tocó el saxofón en varias orquestas, entre ellas Riverside y Cubamar. Viajó a Nueva York en 1955, y en 1958 inauguró en La Habana el Club Cubano de Jazz, con un cuarteto en el cual ejecutaba el saxofón alto.

Como músico, ciertos aspectos de su obra son más conocidos entre artistas y especialistas que entre el pueblo, pero fue una parte relevante de su vida:

En los años 70 del pasado siglo, escribió la música para el filme del ICAIC Prisioneros desaparecidos, coproducción cubano-chilena bajo la dirección de Sergio Castilla; para documentales de Sergio Giral, Sara Gómez y otros; y fue uno de los fundadores del Grupo de Experimentación Sonora; también actuó como solista (saxofón alto), en la obra Erotofonías, de Juan Blanco (el otro solista fue el compositor y guitarrista Leo Brouwer), y en Exaedros, de Brouwer, dirigido por Hans Werner Henze en estreno mundial, ejecutó la flauta recorder. Con este mismo instrumento lo vemos aparecer en el filme Una pelea cubana contra los demonios de Gutiérrez Alea (Titón).[1]

Como musicólogo poseyó una sólida formación teórica y acudió en sus investigaciones a la literatura, la sociología, la antropología, la economía, la filosofía, la historia y otras especialidades. Escribió numerosos ensayos, entre ellos: Música y descolonización, Del tambor al sintetizador, Elige tú que canto yo, Raíces del jazz latino: un siglo de jazz en Cuba, y Otra visión de la música popular cubana. También escribió narrativa y poesía, hizo  prólogos y fue coautor de varios libros, como Son de Cuba y Canciones de la Nueva Trova. Recibió el Premio Nacional de Literatura (2007) y el Premio Nacional de Música (2014). De su importancia como musicólogo se dijo en un homenaje que le fue tributado en Casa de las Américas en 2016:

Leonardo Acosta es el musicólogo más interesante con que cuenta Cuba. En primer lugar, por ser un músico ejecutante de varios instrumentos; en segundo lugar, porque maneja un amplio aparato conceptual, y posee una cultura que se mueve a través de los más diversos saberes, a la vez que se proyecta con una envidiable claridad expositiva; vale decir, es un gran escritor, un ensayista que brilla por la profundidad de sus análisis. Él no es de los que se regodea por caminos trillados, sino que se enfoca en temas que, si bien a veces no son totalmente inéditos, aborda al revés, por decirlo de alguna manera, de lo que generalmente se hace.

Sus ensayos no solo eran de una profunda cultura general, sino de un estilo elegante y ameno sin llegar a ser divulgativos. Para mí resultó mí tan importante leerle, que a él debo haber sido capaz de escribir el relato Monsieur de París sobre jazz y mi noveleta Serata di gala, dos de mis creaciones que me son más entrañables. Gracias a sus escritos conocí del apartamento de la calle San Lázaro, donde se reunía el Grupo Minorista para celebrar sus tertulias culturales, dato que me fue invaluable para componer esta segunda obra mencionada.

Acosta murió en La Habana en 2016. Tengo, tenemos todos los cubanos con buenas sensibilidades y mejor oído mucho que agradecerle. (Gina Picart Baluja)


[1] https://cubarte.cult.cu/periodico-cubarte/leonardo-acosta-el-samurai-de-la-musicologia-sigue-despierto/

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