Para evocar el legado literario e intelectual que dos grandes figuras como la poetisa y Fina García-Marruz (1923-2022) y el ensayista Cintio Vitier (1921-2009) aportaron a Cuba, se inauguró este fin de semana, en La Habana Vieja, la Casa Vitier García-Marruz.
El espacio, situado en la intersección de las calles San
Ignacio y O'Reilly, se erigió mediante el trabajo conjunto de la Oficina del
Historiador de la Ciudad de La Habana con la Organización de Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y la Agencia Suiza para el
Desarrollo y la Cooperación.
José María Vitier García-Marruz, pianista y uno de los
frutos de matrimonio entre Cintio y Fina, declaró a la Agencia Cubana de
Noticias que la propuesta de ubicar el inmueble en San Ignacio número 102 fue
del historiador Eusebio Leal Spengler (1942-2020), con quien sus padres
tuvieron una amistad entrañable.
Señaló que es una instalación donde confluirán la música -desde
la cual se honrará la obra de Sergio Vitier García-Marruz (1948-2016), las
artes plásticas y la literatura, siendo esta última la de mayor representación.
La casa contará con un taller de serigrafía que, según
explicó José María, es resultado de una donación de la Unesco, pues Cintio y
Fina se encuentran inscritos en el programa Memoria del mundo.
De él se derivan la confección de libros artesanales que
conforman la colección La isla infinita, gestada por el
autor de Ese sol del mundo moral junto a su nieto, el escritor y
traductor José Adrián Vitier Rodríguez, comentó el artista.
En el inmueble, se trabaja intensamente por la recopilación
de la papelería de Cintio y Fina.
No nos alcanzaría la vida para hacerlo, pero el equipo de especialistas
avanza en la digitalización de documentos, fotografías, videos y otros
materiales de mis padres que forman parte del archivo familiar y también de
diversas instituciones, refirió José María.
Señaló que, en espacios como la Residencia de Estudiantes de
Madrid, en España, existe la voluntad de colaborar con el proyecto, haciendo
llegar buena parte del epistolario de Cintio Vitier.
Algo similar ocurre en los Estados Unidos, Italia, Francia y
México, donde se hallan importantes cartas de intercambio con la
intelectualidad de esas naciones.
La casa es un espacio que aún debe llenarse de contenido y
de vida, aseguró el también Premio Nacional de Música.
En la apertura del lugar, se inauguró la exposición Islas
de madera, compuesta por 12 retablos e igual número de lienzos de la
artista de la plástica Silvia Rodríguez Rivero.
Al piano, José María Vitier interpretó memorables piezas de
su repertorio, acompañado por la flautista Niurka González, el percusionista
Abel Acosta y la soprano Bárbara Llanes.
Se escucharon Ave María. Misa Cubana, Danzón imaginario, Ave María por Cuba, Ritual, Festiva y Fresa y Chocolate, tema que por estos días vuelve al Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, al cumplirse 30 años del estreno del filme homónimo de Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío. (Redacción digital)