La Cancillería de Cuba rechazó firmemente, este lunes, la conducta injerencista y mensajes calumniosos del Gobierno de Estados Unidos y su embajada en La Habana, ante asuntos internos de la realidad en el país caribeño.
Por la importancia del tema, Radio Ciudad de La Habana reproduce,
de forma íntegra, el comunicado emitido este 18 de marzo por el Ministerio de
Relaciones Exteriores (Minrex) de la República de Cuba:
Comunicado del Minrex
El 18 de marzo de 2024, el encargado
de negocios de los Estados Unidos, Benjamin Ziff, fue convocado al Ministerio
de Relaciones Exteriores por el viceministro Carlos Fernández de Cossío, quien
le trasladó formalmente el firme rechazo a la conducta injerencista y los
mensajes calumniosos del Gobierno estadounidense y su embajada en Cuba, ante
asuntos internos de la realidad cubana.
Con la entrega de una nota formal
de protesta, se le recordó al diplomático estadounidense los estándares mínimos
de decencia y honestidad que se esperan de una misión diplomática en cualquier
país y que la embajada de los Estados Unidos en Cuba se muestra incapaz de
observar, a la vez que se enfatizó que esa oficina diplomática y su personal
están obligados a comportarse conforme a las normas de la Convención de Viena
sobre Relaciones Diplomáticas.
En el encuentro, también se llamó
la atención sobre la responsabilidad directa del Gobierno de los Estados Unidos
ante la difícil situación económica por la que atraviesa Cuba en estos momentos
y, en específico, ante las carencias y dificultades que enfrenta la población
de manera cotidiana, con la depresión e insuficiencia de abastecimientos y
servicios esenciales, bajo el peso e impacto del bloqueo económico diseñado
para destruir la capacidad económica del país.
Se repudió el empeño ostensible
del Gobierno de Estados Unidos en limitar y obstaculizar cada esfuerzo del
Estado cubano por encontrar soluciones y dar respuestas las necesidades
económicas y sociales del país.
El plan desestabilizador y su
ejecución son evidentes a la vista de todos. Descansa en el reforzamiento de
una guerra económica despiadada para provocar y explotar la natural irritación
de la población. Se financia cada año con decenas de millones de dólares del presupuesto
federal de los Estados Unidos. Cuenta con una poderosa infraestructura
tecnológica para explotar las redes digitales desde territorio estadounidense y
con propósitos agresivos. Disfruta de la complicidad de importantes medios de
comunicación de la gran prensa estadounidense e internacional, y el respaldo
mercenario de personas radicadas fundamentalmente en el sur del estado de
Florida en los Estados Unidos, cuyo único modo de vida es la industria de la
agresión a Cuba.
Si el Gobierno de Estados Unidos
tuviera una preocupación mínima y honesta sobre el bienestar de la población
cubana, sacaría a Cuba de la lista arbitraria de Estados que supuestamente
patrocinan el terrorismo; pondría fin a la persecución de los suministros de
combustible que requiere importar el país; dejaría de perseguir cada
transacción financiera de Cuba en el mundo; pondría fin a la grosera
persecución contra los programas de cooperación médica de Cuba en el mundo;
dejaría de intimidar a empresarios, visitantes, artistas y toda persona que se
sienta con el interés y el derecho de interactuar con el pueblo cubano.
(Redacción digital)
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