Con la presencia de representantes de Colombia, México, Uruguay, Guatemala y Cuba, sesiona en el Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana un taller para la construcción de modelos de ciudades inteligentes
En el taller, imbricado con del Laboratorio de Innovación Urbana de La
Habana, junto a especialistas de la Oficina del Historiador (OHCH), participan
representantes de universidades, Gobierno e instituciones.
Según dijo en las palabras de bienvenida Maidolys Iglesias Pérez, directora de
Ciencia e Innovación de la OHCH, este
intercambio se desarrolla como parte del proyecto de cooperación internacional
“El Centro Histórico de La Habana hacia un modelo de ciudad inteligente con
énfasis en el fomento de la economía creativa, en el marco del aniversario 500 de
la fundación de la ciudad”, gestionado por la OHCH, de conjunto con el Centro
Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano (CIDEU), con financiación de la
Unión Europea y cofinanciación del Ayuntamiento de Barcelona.
El Laboratorio de Innovación Urbana de La Habana, es
dirigido por el equipo Hexagonal, de
España, para la ejecución de un proyecto de innovación pública, vinculado a
CIDEU.
“La ciudad resulta bella y majestuosa, por sus
edificaciones, por sus entramados urbanos, por su patrimonio material heredado,
sin embargo, no es posible que resulte inteligente sin la inclusión y el rol
fundamental de sus ciudadanos, de su gente, de los seres humanos, por tanto,
ellos son beneficiarios y constructores de la ciudad inteligente”, dijo.
La “filosofía que defendemos desde la articulación que
promueve este taller: Innovación Pública-Ciudad Inteligente. Filosofía que
defiende y promueve la OHCH en el Centro Histórico, donde los seres humanos son
la columna vertebral de la obra y son parte constitutiva de nuestra gestión
integral del desarrollo”, señaló Iglesias Pérez.
Según declaró Raúl
Oliván, director de Hexagonal y representante del CIDEU, “estamos aquí para
desarrollar un laboratorio de innovación pública y urbana, en el que vamos a crear
prototipos de una serie de proyectos para hacer frente a los retos urbanos”.
Para Oliván, esos retos son cada vez más complejos y exigen un esfuerzo de
creatividad, nuevas formas de colaborar y aplicación de herramientas y de
tecnología.
Juntos se va más lejos
Al encuentro acudieron representantes de cinco ciudades:
Guatemala; Cali y Bogotá, de Colombia; Guadalajara, México, y Montevideo,
Uruguay, para sumarse a un equipo importante de La Habana, liderado por la OHCH
y “va a ser una especie de red de aprendizaje mutua, donde vamos a compartir
esos retos que son comunes entre ciudades, para desarrollar estas seis
soluciones y prototipos, bajo un modelo de innovación sistémica, el modelo de
innovación hexagonal”.
Ese modelo, explicó el director de Hexagonal, está basado en
seis vectores: abrir, mezclar, agilizar, crear prototipos, colaborar y
digitalizar, que de alguna forma se aborda, desde una perspectiva sistémica
este boom de complejidad en el que vivimos y aboga por una nueva generación de
instituciones más abiertas, responsables, más porosas, más distribuidas.
Pedro Campo, jefe
de Cooperación de la Delegación de la Unión Europea en Cuba, destacó la
oportunidad de ser parte y colaborar en el esfuerzo de unir identidades y
sensibilidades y trabajar de conjunto en un tema que es cada vez más
importante: cómo se gestionan las ciudades. “El 56 por ciento de la humanidad
vive ya en entornos urbanos y en 2050 será el 70 por ciento. El futuro de la
humanidad pasa por el futuro de las ciudades y esa es una realidad que tenemos
que intentar incorporar y además, muy rápido”, dijo.
Independientemente de los ritmos de crecimiento y las
diferencias, consideró, “está claro que cómo trabajamos las ciudades y cómo
pensamos las ciudades es tan crítico como las políticas públicas para un país”.
Campo celebró que La Habana esté presente no solamente como anfitrión, sino
también como participante, pues si bien tiene mucho que aprender, también tiene
mucho que enseñar y mostrar, por ejemplo, como en el periodo especial, con una
caída brutal de economía, un recrudecimiento de la política de Estados Unidos y
aún hoy, “la Oficina del Historiador está logrando no solamente mejorar
progresivamente, lentamente, pero sin pausa, las condiciones de vida y el
patrimonio de La Habana Vieja, sino que está innovando y lo está haciendo de
una forma muy interesante”.
Con su Plan Maestro,
señaló, está consiguiendo rehabilitar y, a la vez, desarrollar un modelo de
ciudad a la escala de La Habana Vieja y el entorno de la bahía, que tiene en
cuenta la dimensión social y una visión muy social del patrimonio, y de no
gentrificar, sino ver el patrimonio con una fuente de cultura, una propiedad de
todos, colectiva, pero también una fuente de ingresos que permite rehabilitar
más patrimonio, “un modelo que se aplica con éxito en durísimas condiciones”.
El arquitecto Kiovet
Sánchez, subdirector del Plan Maestro de La Habana Vieja, explicó que esa
entidad se encuentra en el proceso de conceptualización y redacción del Plan de
ciudad inteligente para el Centro Histórico, “que ha sido por una larga data,
un laboratorio para innovar con nuevas metodologías, con nuevas estrategias y,
sobre todo, para ensayar y crear prototipos de la ciudad que queremos para el
futuro”.
En este caso, agregó, aunque a este taller vinieron otras
ciudades latinoamericanas y se han hecho propuestas, el filtro que se utilizó
para seleccionarlo era que fuera un proyecto que también podríamos incorporar a
nuestra cartera de proyectos para la implementación de la Estrategia y del Plan
de ciudad inteligente. “Los seis proyectos que se desarrollan en este
laboratorio, que ahora van a empezar con unas ideas muy básicas, después se van
a prototipar y luego, pasan a una fase donde se incuban y se tratan de llevar a
hecho y van a servir también para implementar en La Habana Vieja”, dijo.
Para el arquitecto, es un taller que no va a no ser
solamente teórico, sino que va a ser muy útil, porque va a llegar a resultados
concretos que puedan ser implementables en el Centro Histórico. Por otra parte,
“nos vamos a entrenar sobre la base de estas metodologías para poder hacer más
ágil nuestros procesos de planeamiento, poder hacer más ágiles los proyectos y
las acciones para implementar los proyectos. Estas son las dos dimensiones
fundamentales de por qué traer el laboratorio La Habana y la importancia de que
vengan estos profesores y entrenen a los equipos nuestros”.
Al taller, abundó, junto a especialistas del Plan Maestro,
fueron invitados representantes de otras instituciones: empresas de proyectos,
la Comisión de Monumento, la universidad, la Dirección de Innovación, la
Sociedad Civil Medio Ambiente, Comunidad y Patrimonio, que de alguna manera
forman parte de ese ecosistema que puede ser el ecosistema de innovación
pública de La Habana Vieja.
Mirada integradora
De acuerdo con Oliván, este proyecto de Laboratorio de La
Habana, abundó, es la segunda fase de un proyecto más ambicioso que empezó con
un curso online en el que han participado 42 ciudades, pero que ha tenido
también La Habana como ciudad anfitriona.
“Estamos en este laboratorio que está sucediendo en La
Habana durante estos días, va a haber una aceleradora, que será la tercera fase
en la que de alguna forma se van a implementar estos prototipos con nuestra
ayuda y colaboración”, dijo.
Al respecto, adelantó que todas las conclusiones se van a presentar en un taller de innovación urbana en el Foro Urbano Mundial (se llevará a cabo WUF12), en El Cairo, Egipto, el 8 de noviembre venidero, donde “todos estos aprendizajes van a servir para que podamos inspirar y ayudar o dar pistas a otras ciudades.
(Redacción Digital, con información y fotos de Tribuna de La Habana).
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