Jorge Villalba García ya cumplió 70 años de edad, 49 de
ellos dedicados a la industria cárnica en La Habana.
Jefe de Servicio en la unidad empresarial de base La Española,
del municipio de Cotorro, llegó en 1975 a la conocida popularmente como la jamonera de Santa María del Rosario,
ahora convertida en una filial independiente de la empresa cárnica Tauro, de la
Organización Superior de Dirección Empresarial de la industria agroalimentaria.
Ahora jubilado por
problemas de salud, Villalba García recuerda cómo, sin descuidar su
actividad laboral como cuadro de dirección, se sumaba a las jornadas de
esfuerzo decisivo de las brigadas de producciones varias de embutidos,
ahumados, masas y picadillos para el consumo de la población y abastecer a
organismos priorizados, como salud pública y educación.
Lamentablemente, sufrió hace poco tiempo dos derrames cerebrales, que mermaron
su capacidad para dirigir, pero no cesa cumplir otras misiones ni su desempeño
como secretario general de la sección sindical del colectivo (90 trabajadores),
el cual se mantiene como una de las más destacadas de la industria
agroalimentaria cubana.
Recontratado en la
entidad, cumplirá tareas de bajo riesgo para su salud, como el asesoramiento
a la joven directora Yanelis Izquierdo Bermúdez, quien lo considera un paradigma
de trabajador y persona.
Ahora, sus colegas no solo lo ven como el exjefe exigente de siempre, sino
también como al compañero excepcional de primera fila que confía en el trabajo
en equipo, como la gran familia que son todos en La Española.
Reconocen en él al combatiente
internacionalista en Angola, al primero en asistir cada día al puesto de
labor, desde que hace casi cinco décadas llegó allí, procedente del reparto La Esperanza,
de Párraga, en el centrosureño municipio habanero de Arroyo Naranjo, donde fundó
su familia. (Ramón Lantigua Arcis. Foto del autor)
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