La Cancillería de Cuba emitió una declaración condenatoria de las más recientes acciones del Gobierno de Estados Unidos que refuerzan el bloqueo norteamericano contra el país caribeño.
Por su importancia, Radio Ciudad de La Habana reproduce íntegramente el texto:
Declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba
El Ministerio de Relaciones
Exteriores rechaza en los términos más categóricos la llamada “Ley para no
reconocer marcas robadas en Estados Unidos” recién firmada por el Presidente de
Estados Unidos, promovida por los sectores anticubanos en el Congreso de ese
país y consistente en una nueva medida coercitiva unilateral, que refuerza el
bloqueo contra la economía cubana. Se amplía con ella el alcance de la sección
211 de la Ley de Asignaciones para el año fiscal 1999, que, de acuerdo con el
Órgano de Solución de Diferencias de la Organización Mundial del Comercio,
infringe el sistema internacional de protección de la propiedad intelectual.
Esta ley le propina un nuevo
golpe al sistema internacional de protección de la propiedad industrial y
confirma el desprecio de Estados Unidos por las instituciones del derecho
internacional, en particular, el Acuerdo sobre los Aspectos de Propiedad
Intelectual relacionados con el Comercio y el Convenio de París para la
Protección de la Propiedad Industrial.
La “Ley para no reconocer marcas
robadas en Estados Unidos” brinda una patente de corso que ensancha el camino
para consolidar el robo de marcas cubanas legítimamente registradas en la
Oficina de Marcas y Patentes de los Estados Unidos.
La actitud del gobierno estadounidenses
contrasta con la de las autoridades cubanas, que siempre han actuado con
estricto apego a los convenios internacionales relativos a la propiedad
intelectual de los que Cuba y Estados Unidos son parte. En la actualidad, 6448
marcas estadounidenses están registradas y se protegen en Cuba.
Una vez más, el gobierno de
Estados Unidos brinda espacio a los intereses oscuros de los sectores
anticubanos más agresivos cuya manipulación del sistema político estadounidense
se ha convertido en práctica. Lo mismo ocurrió en 1996, cuando se aprobó la
infame y colonial ley Helms-Burton, a la que algunos también llamaron Ley
Bacardí. Con gran participación en la redacción de la Ley Helm Burton y la
llamada sección 211, Bacardí comparte la responsabilidad del sufrimiento
impuesto a Cuba por aquellos que no aceptan el rumbo de independencia y
soberanía escogido por el pueblo cubano.
La Habana, 10 de diciembre de
2024
(Cubaminrex)
RSL