El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba emitió este martes una declaración, a
propósito de un grupo de medidas anunciadas en esta fecha por Estados Unidos en
relación con el país caribeño, el cual las considera en la dirección correcta,
a pesar de mantenerse el bloqueo
económico, comercial y financiero que Washington le impone desde hace más de 60
años.
Por su importancia, Radio Ciudad de La Habana reproduce íntegramente, a continuación, el texto de la Cancillería cubana:
Declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba
El 14 de enero de 2025, el
gobierno de Estados Unidos anunció la decisión de: 1) excluir a Cuba de la
lista del Departamento de Estado de países que supuestamente patrocinan el
terrorismo; 2) hacer uso de la prerrogativa presidencial para impedir que se pueda
tomar acción en tribunales estadounidenses ante demandas judiciales presentadas
al amparo del Título III de la ley Helms-Burton; y 3) eliminar la lista de
entidades cubanas restringidas que designa a un grupo de instituciones con las
cuales se prohíbe a ciudadanos e instituciones estadounidenses realizar
transacciones financieras, lo que ha tenido efecto en terceros países.
A pesar de su carácter limitado,
se trata de una decisión en la dirección correcta y en línea con el sostenido y
firme reclamo del gobierno y el pueblo de Cuba, y con el llamado amplio,
enfático y reiterado de numerosos gobiernos, en especial de América Latina y el
Caribe, de cubanos residentes en el exterior, de organizaciones políticas,
religiosas y sociales, y de numerosas figuras políticas de Estados Unidos y de
otros países. El gobierno de Cuba agradece a todos por su contribución y
sensibilidad.
Esta decisión pone fin a medidas
coercitivas específicas que, junto a muchas otras, causan un grave daño a la
economía cubana, con un efecto severo sobre la población. Este es y ha sido un
tema presente en los intercambios oficiales de Cuba con el gobierno de Estados
Unidos.
Es importante señalar que
permanecen vigentes el bloqueo económico y buena parte de las decenas de
medidas coercitivas que se pusieron en vigor desde 2017 para reforzarlo, con
pleno efecto extraterritorial y en violación del Derecho Internacional y de los
derechos humanos de todos los cubanos.
Por solo citar unos ejemplos,
continúa la persecución ilegal y agresiva contra los suministros de combustible
que Cuba tiene legítimo derecho a importar. Se mantiene la cruel y absurda
persecución de los acuerdos legítimos de cooperación médica internacional de
Cuba con otros países, amenazando así con privar a millones de personas de
servicios de salud y limitando las potencialidades del sistema de salud pública
cubano. Las transacciones financieras internacionales de Cuba o las de
cualquier nacional que estén relacionadas con Cuba permanecen bajo prohibición
y represalias. Los buques mercantes que atraquen en Cuba también siguen
amenazados.
Por otro lado, todo ciudadano
estadounidense, empresa y entidad subsidiaria de una corporación de ese país,
tiene prohibido comerciar con Cuba o entidades cubanas, salvo excepciones muy
restringidas y reguladas. El acoso, la intimidación y las amenazas contra el
nacional de cualquier país que se proponga comerciar con Cuba o invertir en
este país, continúa siendo política oficial de Estados Unidos. Cuba sigue
siendo un destino que el gobierno estadounidense prohíbe a sus ciudadanos.
La guerra económica permanece y
persiste en plantear el obstáculo fundamental al desarrollo y la recuperación
de la economía cubana con un alto costo humano para la población, y continúa
siendo un estímulo a la emigración.
La decisión anunciada hoy por
Estados Unidos corrige, de modo muy restringido, aspectos de una política cruel
e injusta. Es una corrección que ocurre ahora, a punto de producirse un cambio
de gobierno, cuando debió haberse materializado hace años, como acto elemental
de justicia, sin reclamar nada a cambio y sin fabricar pretextos para
justificar la inacción, si es que se deseaba actuar correctamente. Para excluir
a Cuba de la lista arbitraria de Estados patrocinadores del terrorismo, debió
bastar el reconocimiento de la verdad, la ausencia total de razones para tal
designación y el desempeño ejemplar de nuestro país en el enfrentamiento al
terrorismo, lo cual han admitido incluso agencias del gobierno de Estados
Unidos.
Se conoce que el gobierno de ese
país podría revertir en el futuro las medidas hoy adoptadas, como ha ocurrido
en otras ocasiones y como muestra de la falta de legitimidad, ética,
consistencia y razón en su conducta contra Cuba.
Para hacerlo, los políticos
estadounidenses no suelen detenerse en encontrar justificación honesta,
mientras siga vigente la visión descrita en 1960 por el entonces subsecretario
de Estado asistente Lester Mallory, y la meta por él descrita de doblegar a los
cubanos por vía del cerco económico, la miseria, el hambre y la desesperación.
No se detendrían en justificaciones mientras ese gobierno continúe siendo
incapaz de reconocer y aceptar el derecho de Cuba a la libre determinación, y
mientras siga dispuesto a asumir el costo político del aislamiento internacional
que le provoca su política genocida e ilegal de asfixia económica contra Cuba.
Cuba seguirá enfrentando y
denunciando esta política de guerra económica, los programas de injerencia y
las operaciones de desinformación y descrédito financiadas cada año con decenas
de millones de dólares del presupuesto federal de Estados Unidos. También
permanecerá dispuesta a desarrollar una relación de respeto con ese país,
basada en el diálogo y la no injerencia en los asuntos internos de uno y otro,
a pesar de las diferencias.
La Habana, 14 de enero de 2025
(Cubaminrex)
RSL