Allí, en el exterior de una edificación social, donde crecía a sus anchas la hierba y se acumulaban residuos urbanos, un vecino emprendió el acondicionamiento del lugar, a fin de convertirlo en un área para la producción de alimentos agrícolas.
Con la ayuda de un azadón, rastrillo, recogedor y carretilla, limpió el lugar y procedió a sembrar hortalizas, viandas de ciclo corto de cosecha, condimentos, algunas plantas ornamentales y otras medicinales, en una parcela que abarca 0,25 hectáreas.
Así respondió Francisco (Pancho), a nombre de
su familia, a la convocatoria realizada por la Federación de Mujeres Cubanas (FMC),
que promueve la creación de jardines florecidos y patios productivos en las
viviendas.
En ocasión de su aniversario 64 de creada, la
FMC instó a rescatar áreas comunitarias en desuso, que puedan aprovecharse para
producir alimentos, como un aporte más a la economía nacional, muy golpeada por
la ineficiencia interna y el bloqueo económico, comercial y financiero que Estados
Unidos impone a Cuba desde hace más de seis décadas.
Las secretarias generales de los bloques y
delegaciones de la organización femenina en Guanabacoa, de conjunto con los
delegados de circunscripciones del Poder
Popular, hacen un levantamiento de todos los espacios con tierra en desuso
en los ocho consejos populares, a fin de incorporarlos al programa
agroalimentario local.
Para cumplir ese objetivo, pueden resultar muy
provechosos los aportes de especialistas de la Delegación de la Agricultura y campesinos de las cooperativas de créditos
y servicios, a fin de certificar cómo, dónde y cuáles variedades de cultivos sembrar
en cada sitio, en dependencia de las características del suelo, el drenaje
natural y otros factores que influyen en los niveles de eficiencia y
producción. (Ramón Lantigua Arcis. Foto del autor)
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