La muerte del papa Francisco es la noticia del día, un acontecimiento acerca del cual se hablará durante mucho tiempo.
En un planeta convulso, entre guerras, genocidios, hambrunas e intolerancias, el líder religioso se dedicó a abrir puertas de conciliación y paz y, a la vez, intentar cerrar capítulos oscuros dentro de la propia iglesia católica y de la compleja situación mundial.
🔴 Así ha comunicado el cardenal Kevin Joseph Farrel, el camarlengo, que ha fallecido el Papa Francisco este lunes a las 7.35 horas (5.35 GMT) en su residencia de la Casa Santa Marta. pic.twitter.com/8uyznXFf1L
— Camino Católico (@escucharlavoz) April 21, 2025
Jorge Mario Bergoglio, que tal era su nombre de pila, desde el inicio de su pontificado manifestó inmediatamente su compromiso con el proceso reformador e hizo todo lo que pudo, que no fue poco.
Desde mucho antes, cuando era solo el cardenal Bergoglio, caracterizó su labor pastoral con un enfoque en la misericordia, la justicia social y la reforma de la Iglesia Católica.
Y trabajó para lograrlo, convocando no solo a los fieles a vivir y practicar la compasión, sino a todos en el orbe.
Abogó por la justicia social, por los derechos de los pobres y marginados, el cuidado de los migrantes y la lucha contra la desigualdad económica.
Y por ello fue tildado, incluso, de comunista.
Defendió la ecología y promovió una mayor conciencia sobre el medio ambiente, especialmente a través de su encíclica Laudato Si’, que trata sobre la crisis ambiental y la necesidad de un desarrollo sostenible.
Trabajó para reformar la Curia Romana, intentando hacerla más transparente y menos burocrática, además de enfocarse en la lucha contra la corrupción dentro de la Iglesia.
Promovió, como ningún otro papa, el diálogo entre diferentes religiones, buscando construir puentes y promover la paz en un mundo cada vez más dividido.
Estos ámbitos y muchos otros reflejaron el compromiso de Francisco con una Iglesia que se centrara más en las necesidades de la humanidad y en los actos de servicio, en lugar de asumir una postura puramente institucional.
Y eso lo agradecen los devotos católicos coherentes, tanto como los que no profesan creencias religiosas, pero reconocen la vida y la obra de un hombre bueno que, como papa, se dedicó a abrir puertas en este mundo urgido de paz, de justicia social y de concordia. (Jorge Sariol Perea. Foto: red social X)
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