
Los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) en La Habana realizaron un barrio-debate sobre el consumo y tráfico de drogas, al que asistió el miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (CCPCC) y vicepresidente de la República, Salvador Valdés Mesa.
En el consejo popular Alamar Altura, del capitalino
municipio de La Habana del Este, se realizó el encuentro, que contó con la
presencia, además, de Liván Izquierdo Alonso, primer secretario del Comité
Provincial del PCC en La Habana, y Yanet Hernández Pérez, gobernadora de la
urbe, ambos integrantes del CCPCC.
Al barrio-debate, que forma parte del tercer ejercicio de prevención y enfrentamiento al delito, la corrupción y las ilegalidades, asistieron también representantes de la Fiscalía, del Ministerio del Interior (Minint) y de la Dirección General de Salud Pública en la provincia, con el objetivo de reafirmar el papel preventivo y judicial de estas instituciones ante cualquier delito.
Entre los puntos
que se abordaron figuró el impacto
social de la drogadicción y su efecto en los menores de edad, además de la
importancia preventiva de la familia en relación con el consumo de sustancias o
hechos delictivos.
Los ponentes
coincidieron en que combatir la droga resulta primordial para toda la
comunidad.
En el país existe
un programa fuerte de enfrentamiento al tráfico de drogas y hay un excelente
sistema de atención a las adicciones; sin embargo, la tarea fundamental es la prevención.
En el barrio, hay que conversar con los vecinos que sabemos presentan problemas de este tipo, tocarles la puerta, para con nuestro modesto aporte enfrentar ese flagelo y ayudar a salvar esas personas del abismo en que han caído, comentó Eliades Rodríguez Martínez, coordinador provincial de los CDR en La Habana.
La voluntad
política de luchar a sangre y fuego contra esa amenaza a la salud, a la
estabilidad social y a la seguridad nacional se ratifica en la batalla
indetenible que lleva a cabo el país, consciente de los peligros actuales, por
la aparición de nuevas drogas que
tienden a penetrar y a contaminar, si no se involucra a todos los factores y
agentes sociales capaces de detectar, prevenir, rehabilitar y enfrentar
resueltamente el desafío.
Ciudadanos sin
escrúpulos y con fines de enriquecerse a costa de la salud y sufrimientos
ajenos, persisten en actividades de tráfico y venta de cannabinoides sintético,
conocido como “el químico” por haberse
fabricado en laboratorios, con efectos mucho más dañinos que los de la
marihuana natural.
La historia de la Revolución cubana demuestra el compromiso y la voluntad política del Estado de la tolerancia cero, a partir de la implementación de un estudio multifactorial eminentemente preventivo, en el cual el esfuerzo y la voluntad se juntan en el combate contra la droga. (Redacción Digital, con información de Tribuna de La Habana. Fotos: cortesía de Eliades Rodríguez Martínez)
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